“Este dictamen, elaborado como parte de una autorreferencia, se enmarca en un contexto marcado por el uso masivo, a nivel global y nacional, de las redes sociales por parte de los niños. Si bien estas plataformas digitales ofrecen ciertos beneficios tangibles, también exponen a los niños a riesgos importantes para su salud física y mental, así como para su desarrollo social y académico”, explica el CESE en la presentación de su informe titulado “Por un entorno digital inclusivo y protector de los niños.
Zona de peligro
Citando los resultados de una encuesta reciente realizada a 1.293 niños y jóvenes marroquíes de entre 8 y 28 años, el CESE revela que el 80% de ellos utiliza regularmente Internet y el 70% utiliza las redes sociales. Dentro de esta categoría, el 43% de los encuestados sufre trastornos del sueño, el 35,6% reporta conflictos con familiares o amigos y el 41,5% observa una disminución en su rendimiento académico.
Otro dato alarmante es que un tercio de estos jóvenes se enfrenta a ciberacoso, el 40% comparte datos personales con desconocidos y el 40% no controla la configuración de confidencialidad de sus perfiles online, enumera el informe. “Datos corroborados por los resultados de un informe de 2023 sobre la violencia en las escuelas en Marruecos que pone de relieve un aumento de la ciberviolencia”, señala el CESE.
Amenaza con M mayúscula
Este informe también nos dice que el acoso psicológico o sexual en línea se está intensificando y alcanzando proporciones alarmantes en determinados entornos. En términos numéricos, casi el 10% de los alumnos de primaria han recibido “mensajes desagradables, viles o insultantes en Internet”, y un número importante de ellos han sido víctimas de publicaciones no deseadas o de exclusión de grupos en línea. Riesgos y peligros que la mayor presencia en las redes sociales exacerba y acentúa aún más.
Este último apunta a una serie de preocupantes trastornos psicológicos y de comportamiento relacionados con el uso excesivo e inadecuado de la tecnología digital entre los jóvenes, que van desde alteraciones del sueño y de la concentración hasta comportamientos violentos, adicciones, trastornos de ansiedad, aislamiento social, depresión e incluso intentos de suicidio.
¡Nos olvidamos de comer!
Peor aún, el informe revela que casi el 43% de los jóvenes encuestados descuidan sus necesidades básicas como la alimentación y el sueño debido al uso excesivo de la tecnología digital. Su vida social también se ve afectada y su rendimiento académico, destacando los efectos del consumo excesivo de pantallas en los resultados académicos. “Una espiral de consecuencias desastrosas como el abandono escolar y escolar, adicciones diversas, fuga, el desarrollo de trastornos mentales, exclusión social, casos de vida marginal en la calle o incluso el estatus “NEET” (ni empleo, ni educación). , ni formación), lamenta el CESE.
Expuesto a contenido peligroso
Este último también advierte de la exposición de las mentes jóvenes a contenidos inapropiados. El informe menciona contenidos extremistas, de odio, violentos, sangrientos y racistas, juegos de azar en línea, contenidos sexuales y pornográficos, información falsa y contenidos filtrados por algoritmos con fines de manipulación. Sin protección, los niños también están expuestos a la ciberviolencia y al ciberacoso, a la explotación y al abuso de diferentes tipos, a la incitación a la autolesión y al suicidio.
Sin protección
“Las redes sociales pueden promover la desinhibición debido a la falta de confrontación directa. En este contexto, el niño se encuentra doblemente vulnerable: puede ser víctima de estos contenidos, pero también puede, potencialmente, convertirse en autor, perjudicando así a sus pares”, subrayan los autores del informe. Peligros que acechan en todos los rincones de Internet y que requieren una respuesta adecuada tal y como recomienda el CESE. Este último también señala la insuficiencia de los sistemas actuales frente a los desafíos específicos que plantean las plataformas en línea.
“La ausencia de regulaciones precisas que regulen el uso de las redes sociales por parte de menores obstaculiza la capacidad de garantizar una protección efectiva y duradera en el espacio digital. Además, las iniciativas para proteger a los niños en línea siguen fragmentadas y adolecen de una clara falta de coordinación y convergencia de las partes interesadas relevantes en torno a una visión estratégica nacional compartida”, añaden los autores del informe.
Una responsabilidad compartida con los padres que, según el mismo informe, están lejos de darse cuenta de la magnitud y la gravedad de los riesgos asociados a las redes sociales. También fracasan por su limitado conocimiento de las herramientas de control parental, exacerbando así la vulnerabilidad de sus hijos ante la gran amenaza cibernética.
France