La falta de avances en la consecución del mercado único de capitales que necesita la economía europea se explica “en gran medida por la vaga definición” de la unión de capitales y el “consecuente enfoque legislativo fragmentario”, según el presidente del BCE.
La presidenta del Banco Central Europeo, Christine Lagarde, dijo en un discurso pronunciado el viernes que temía una “muerte lenta” del proyecto de unión de los mercados de capitales, al no lograr armonizar la legislación entre los países. A medida que Europa pierde terreno en innovación y aumentan las tensiones geopolíticas, la Unión de los Mercados de Capitales se vuelve más urgente que nunca, dijo Christine Lagarde en un congreso en Frankfurt.
Pero este proyecto podría sufrir una “muerte lenta por acumulación de pequeñas heridas”, porque “intereses especiales se oponen o debilitan cada medida legislativa”.
La falta de avances en la consecución del mercado único de capitales que necesita la economía europea se explica “en gran medida por la vaga definición” de la Unión de Capitales y el “consecuente enfoque legislativo fragmentario”, explicó ante un público de banqueros. Los intereses de los países miembros divergen en la unión de mercados de capitales, una verdadera serpiente marina de cumbres europeas.
Desde 2015 se han lanzado más de 55 propuestas regulatorias y 50 iniciativas no legislativas, señaló el banquero central. Esto se ha producido “a expensas de la profundidad”, lo que ha permitido que la Unión de los Mercados de Capitales sea “desmantelada por intereses nacionales particulares, que perciben una iniciativa u otra como una amenaza”, según ella.
Un policía financiero europeo inspirado en la SEC estadounidense
Como posibles remedios, el ex director del FMI propuso primero un “estándar de ahorro europeo” que supuestamente alentaría la inversión, con inversiones respaldadas por incentivos fiscales armonizados. Actualmente, los ahorros europeos siguen invertidos principalmente en depósitos de bajo rendimiento. Además, los ahorros de los europeos siguen invertidos principalmente dentro de las fronteras nacionales debido a una infraestructura de mercado fragmentada y costosa, lo que hace que los inversores institucionales prefieran los mercados estadounidenses.
Para superar estos obstáculos, Christine Lagarde retomó la idea propuesta hace un año de una policía financiera europea inspirada en la SEC estadounidense, con el fin de armonizar las prácticas y facilitar las inversiones transfronterizas. Por último, el capital riesgo en Europa representa sólo un tercio del realizado en Estados Unidos, lo que exige eliminar barreras burocráticas que limitan el atractivo de las empresas de alto crecimiento, según el banquero central.