La administración Biden anunció la semana pasada la finalización de nuevos impuestos sobre el metano emitido por las empresas de petróleo y gas en suelo estadounidense. Estas multas ascenderían inicialmente a $900 por tonelada métrica por cualquier descarga que exceda el límite autorizado. Pero Donald Trump, el nuevo presidente estadounidense, podría eliminarlos tan pronto como asuma el cargo el 20 de enero.
El día después de la apertura de la COP29 en Bakú (Azerbaiyán), la administración saliente de Biden anunció la finalización de nuevas regulaciones que imponen multas a las empresas de petróleo y gas que emitan cantidades excesivas de metano, un poderoso gas de efecto invernadero. La Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA) garantizará la aplicación de estos impuestos basándose en el principio de que quien contamina paga.
Este metano es más potente que el CO2
El metano es el principal componente del gas natural. Docenas de veces más potente que el dióxido de carbono, este compuesto químico es responsable de un tercio del calentamiento global actual. Además de suponer una amenaza para el clima, provoca cada año la muerte de un millón de personas en todo el mundo. Sus víctimas sucumben a enfermedades respiratorias y cánceres causados por la contaminación del aire.
Estados Unidos quiere reducir sus emisiones alrededor de un 40% para 2030
Estados Unidos, el segundo mayor emisor de gases de efecto invernadero del mundo, ha prometido reducir sus emisiones de metano como parte de sus compromisos climáticos. Esta promesa motivó la adopción por parte de Joe Biden de la Ley de Reducción de la Inflación (IRA). Se espera que esta importante ley reduzca las emisiones de Estados Unidos en alrededor de un 40% para 2030, si sale según lo planeado. Incluye, en particular, una multa al metano.
Multa de 1.500 dólares por tonelada métrica en dos años
La EPA dice que el nuevo impuesto sólo se aplica a las instalaciones de petróleo y gas con altas emisiones. Es decir, cuyas emisiones de metano superan unos niveles de rendimiento específicos. Así, las empresas cuyas emisiones estén por debajo de los límites autorizados no pagarán tasas. En cambio, aquellos que superen estos umbrales deberán pagar 900 dólares por tonelada métrica por cualquier rechazo. Esta multa podría aumentar a $1,500 en dos años.
Hacia una reducción de las emisiones de metano de 1,2 millones de toneladas para 2035
La EPA estima que los nuevos impuestos reducirán las emisiones de metano en 1,2 millones de toneladas para 2035. Eso es el equivalente a sacar de circulación casi 8 millones de automóviles a gasolina durante un año. El dinero recaudado con estas multas se entregará en forma de créditos a empresas que construyan nuevos parques solares y eólicos, y a personas que compren coches eléctricos. Pero los estados liderados por los republicanos, así como los grupos industriales, ya están impugnando estas regulaciones en los tribunales.
Los lobbys del gas y el petróleo se oponen al impuesto al metano
El Consejo Estadounidense de Exploración y Producción, un poderoso lobby del petróleo y el gas, pide la derogación del impuesto al metano. Uno de sus ejecutivos, Mike Sommers, dijo que “éste es un enfoque equivocado en materia de regulación”. Dice que espera trabajar con la nueva administración y el Congreso para revocar la multa lo más rápido posible. Su lobby debería ganar el caso, ya que financió la campaña de Donald Trump, nuevo inquilino de la Casa Blanca a partir del 20 de enero, con 14 millones de dólares.
Calentamiento global, una estafa de Donald Trump
Abiertamente escéptico sobre el clima, el futuro presidente estadounidense no debería dudar en deshacer las normas preparadas o implementadas por Joe Biden. Durante su primer mandato, derogó más de 100 leyes ambientales. Se espera que esta cifra aumente a medida que el líder republicano quiera “perforar, perforar y perforar”. Además, Donald Trump ha repetido repetidamente que el calentamiento global es una estafa que amenaza la competitividad de la economía estadounidense. Por tanto, nos dirigimos hacia un auge de los combustibles fósiles, para gran consternación de las ONG ecologistas.