Después de casi una década de ausencia, Petrobras, la petrolera estatal brasileña, está considerando un regreso estratégico a Argentina. Esta decisión sigue a una serie de acontecimientos recientes, incluida la firma de un memorando de entendimiento entre los dos países destinado a fortalecer el comercio de gas. El depósito de Vaca Muerta, una de las cuencas de esquisto más grandes del mundo, se presenta como un activo clave en esta dinámica.
El 18 de noviembre se firmó un memorando de entendimiento (MOU) entre Argentina y Brasil para incrementar paulatinamente las exportaciones de gas natural argentino a Brasil, alcanzando los 30 millones de metros cúbicos diarios (m³/d) de aquí a 2030. Las primeras entregas comenzarían en 2025 con 2 millones de m³/d. Este volumen transitaría a través de infraestructura existente o nuevos ductos, con opciones que pasarían por Bolivia, Paraguay o Uruguay.
Una alianza estratégica con YPF
Como parte de este regreso, Petrobras ya colabora con YPF, la petrolera argentina, para explorar oportunidades conjuntas en la cuenca Neuquén, donde se encuentra Vaca Muerta. En septiembre, ambas empresas firmaron un protocolo para evaluar proyectos a tres años, con un foco inicial en el campo Río Neuquén. Este sitio, operado por YPF con Petrobras como socio, produce actualmente 5,2 millones de m³/d de gas y 2.100 barriles de petróleo por día.
Esta colaboración marca un punto de inflexión para Petrobras, que vendió la mayoría de sus activos en Argentina en 2015-2016 para centrarse en su mercado interno. En su momento, la caída de la producción energética argentina había motivado este retiro. Desde entonces, el desarrollo de Vaca Muerta ha permitido al país recuperar una posición de fortaleza, con un aumento significativo de la producción de petróleo y gas.
Un contexto regional favorable
El ascenso de Vaca Muerta coincide con una creciente necesidad en Brasil de diversificar sus fuentes de suministro de energía. Brasil, que durante mucho tiempo dependió de Bolivia para sus importaciones de gas, ahora busca alternativas más estables y competitivas. Vaca Muerta parece ser una solución práctica y estratégica, que ofrece costos de producción competitivos en comparación con los campos marinos brasileños.
Al mismo tiempo, Argentina está trabajando para mejorar su infraestructura de transporte para satisfacer la creciente demanda. Están en marcha una serie de gasoductos bidireccionales y nuevos proyectos de capacidad de exportación de gas natural licuado (GNL), incluida una terminal flotante respaldada por Pan American Energy y Golar LNG, prevista para 2027.
Perspectivas diplomáticas y energéticas
Más allá de las cuestiones económicas, esta asociación es parte de una dinámica diplomática estratégica para fortalecer las relaciones bilaterales entre Brasil y Argentina. El embajador brasileño, Julio Glinternick Bitelli, destacó la importancia de este acuerdo para diversificar el suministro energético de Brasil y al mismo tiempo consolidar la cooperación regional.
El potencial de producción de Vaca Muerta podría transformar a Argentina en un proveedor de energía clave para la región. Para 2030, se espera que la producción de petróleo de la cuenca supere el millón de barriles por día, mientras que la producción de gas podría alcanzar los 250 millones de m³/d, según PwC. Se espera que dicha expansión genere un superávit energético de 30 mil millones de dólares, en comparación con el déficit actual.
Para Petrobras, el regreso a Argentina representa una oportunidad no sólo para diversificar, sino también para fortalecer las relaciones bilaterales. Esta colaboración también podría alentar a otros actores regionales a invertir en proyectos energéticos conjuntos, allanando el camino para una mayor integración energética en América del Sur.