Tiangong: un laboratorio orbital de vanguardia
Tiangong, literalmente “Palacio Celestial”, entró en servicio en 2021 con el lanzamiento del módulo central Tianhe. Está diseñado para misiones tripuladas de tres astronautas, con estancias de seis meses. La última tripulación, que llegará el 29 de octubre de 2024, continúa investigando sobre biología espacial y materiales innovadores. Este trabajo es crucial para prepararnos para el siguiente gran paso: poner un pie en la Luna antes de 2030.
A diferencia de la ISS, el Tiangong es exclusivamente chino y se desarrolló sin la participación de otras potencias. Aunque tiene un tamaño más modesto, sigue siendo un símbolo de autonomía y estrategia nacional. Proyectada para una duración de aproximadamente 10 años, la estación forma parte de una visión más amplia de Beijing para afirmarse en la conquista del espacio.
El fin previsto de la ISS: una página que está pasando
Hacia 2030, la EEI, buque insignia de la cooperación internacional desde 1998, será desmantelada y dirigida a Punto Nemo, una zona aislada del Océano Pacífico. Después de más de 30 años de servicio, la estación más grande jamás puesta en órbita se retirará. Pero esta jubilación deja un vacío: ¿quién se hará cargo?
La respuesta dependerá de varios actores, incluido Tiangong. Mientras que la ISS simbolizaba el trabajo en equipo entre varias naciones, Tiangong refleja otro enfoque: un proyecto nacional, autónomo, pero abierto a colaboraciones, particularmente con los países emergentes. Recordamos que Estados Unidos excluyó a los chinos del acceso a la ISS. Parece que ahora tienen pocas opciones para asegurar la continuación de los programas de ciencia espacial. Está naciendo una nueva era.
Rumbo a la Luna: el resto de la historia china
Tiangong es sólo el comienzo para China. El país pretende enviar sus primeros taiconautas a la Luna antes de 2030, consolidando así su lugar en la nueva carrera espacial. En 2025, el telescopio espacial Xuntian se lanzará y se ubicará cerca de Tiangong para simplificar el mantenimiento. Diseñado para rivalizar con el Hubble, representa un gran avance para la investigación científica.
Estos proyectos demuestran el método chino: avanzar a su propio ritmo, con objetivos concretos y estratégicos. Tenga en cuenta que Rusia ha estado asociada con futuros programas de exploración lunar desde el comienzo del ascenso chino.
Con Tiangong y sus futuras misiones, China envía un mensaje claro: el espacio es una prioridad en la que pretende desempeñar un papel de liderazgo en los próximos años.