El resultado del referéndum en Gabón, donde el lado del “Sí” obtuvo una mayoría abrumadora, pone de relieve cuestiones profundas que llevaron al colapso del campo del “No”. Entre las explicaciones objetivas, podemos mencionar el carácter disperso de los partidarios del “No”, cuyo mensaje se diluyó frente a una coordinación efectiva del “Sí”. De hecho, el bando del “Sí” se benefició de un considerable apoyo institucional y pudo movilizar recursos financieros, a menudo de estructuras estatales.
Además, los partidarios del “No” tropezaron con grandes dificultades en su campaña, al no poder llegar a todas las circunscripciones electorales. La falta de una amplia difusión de la nueva constitución también limitó la comprensión de los temas por parte de muchos votantes. Por otro lado, el “Sí” se basó en una fuerte campaña mediática, prometiendo una “refundación democrática” y el rechazo del régimen Bongo-PDG.
Es importante destacar que el bando del “No” carecía de líderes políticos carismáticos y de apoyo masivo, lo que obstaculizó su capacidad de movilización. Figuras emblemáticas, como el profesor Ondo Ossa, han luchado por formar un frente unido, pero han condenado el regreso al autoritarismo. La fragmentación interna y las estrategias contradictorias dentro del bando del No debilitaron aún más su posición, y las frágiles alianzas a veces llevaron a percibidas traiciones por parte de los activistas.
En un nivel más subjetivo, la imagen de los defensores del “No” también jugó un papel perjudicial. Muchos de ellos, con pasados controvertidos, han despertado desconfianza y escepticismo entre los votantes. Su agitación ha sido interpretada a menudo como un simple cálculo político, desconectado de las preocupaciones reales de la población. En un contexto marcado por la reciente inestabilidad política, una parte del electorado finalmente optó por la seguridad y la continuidad, a pesar de las críticas a las reformas propuestas.
Por tanto, la lección del referéndum en Gabón es múltiple. Más allá de los resultados, es crucial reflexionar sobre la necesidad de unir las fuerzas del “No” en torno a un mensaje claro y un liderazgo sólido. Comprender las razones de este fracaso podría ser decisivo para futuras batallas políticas, a fin de no repetir los errores que llevaron a esta amarga derrota.
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