El país africano Etiopía acaba de desempolvar su historia en la minería de oro con la apertura de una nueva mina de oro.
De hecho, la inauguración de la mina de oro de Segele, la primera explotación industrial desde 1994, es un acontecimiento significativo teniendo en cuenta el largo período de juventud del país.
La inauguración se realizó el miércoles 20 de noviembre de 2024 bajo la mirada del primer ministro Abiy Ahmed.
Muchos podrían ver esto como el renacimiento del sector aurífero de Etiopía, dominado durante mucho tiempo por la minería artesanal.
El proyecto, liderado por la empresa noruega Akobo Minerals, representa mucho más que una simple minería.
Con recursos estimados en 68.000 onzas de oro y potencial para descubrimientos adicionales, esta iniciativa simboliza la profunda transformación del panorama minero etíope.
El país, que según estimaciones del gobierno contiene más de 500 toneladas de oro, por fin está empezando a explotar racionalmente sus riquezas subterráneas.
Este importante avance es un resultado directo de las reformas económicas emprendidas desde 2019.
La reducción del tipo impositivo para las empresas mineras del 35% al 25% ilustra el deseo de Addis Abeba de atraer inversiones extranjeras.
Esta estrategia ya está dando sus frutos con la llegada de grandes actores como KEFI y Allied Gold, que planean inversiones considerables para desarrollar las minas de Tulu Kapi y Kurmuk, respectivamente, cuya puesta en servicio se espera sea en 2026.
El impacto económico de esta modernización del sector del oro promete ser significativo.
Si bien el oro ya representó el 5,3% de los ingresos por exportaciones de Etiopía en 2022-2023, la entrada en producción de estas nuevas minas debería aumentar sustancialmente esta contribución.
Las proyecciones son particularmente prometedoras, con una producción anual esperada de 135.000 onzas para Tulu Kapi y 240.000 onzas para Kurmuk.