“Esto es ridículo dada la falta de reacción a las actividades de sabotaje de Ucrania en el Mar Báltico”, se burló el portavoz presidencial ruso, Dmitry Peskov, en referencia al sabotaje de los gasoductos Nord Stream en septiembre de 2022, del que Moscú acusó a Kiev. “Es bastante absurdo seguir acusando a Rusia de todo, sin ningún fundamento”, añadió.
Ucrania siempre ha negado su participación, pero la justicia alemana emitió una orden de detención europea contra un instructor de buceo ucraniano, sospechoso de estar implicado en el sabotaje. La implicación del Estado ucraniano no ha sido confirmada hasta el momento por las múltiples investigaciones en curso.
Se abre investigación por sabotaje
El “C-Lion1”, un cable submarino de 1.172 kilómetros que une Helsinki con Rostock, un puerto del mar Báltico en el noreste de Alemania, se rompió el lunes, según su operador, el grupo tecnológico finlandés Cinia. El domingo por la mañana también resultó dañado otro cable de telecomunicaciones, el “Arelion”, que une la isla sueca de Gotland con Lituania.
Los ojos de los europeos se han vuelto rápidamente hacia Rusia, que lidera, dicen, “una guerra híbrida”, en el contexto de la ofensiva de Moscú en Ucrania, apoyada financiera y militarmente por la UE.
Ante estos nuevos incidentes espectaculares en el mar Báltico, donde las tensiones aumentan desde 2022, Suecia anunció el martes la apertura de una investigación por “sabotaje”, con el apoyo de Alemania. La policía finlandesa también ha abierto su propia investigación. “Situaciones de este tipo deben evaluarse teniendo en cuenta la creciente amenaza que supone Rusia en nuestra vecindad”, declararon los ministros de Defensa sueco y lituano.
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