Acaba de presentarse la quinta edición del barómetro Max Havelaar Francia y OpinionWay sobre la transición alimentaria. Se hace un balance de las expectativas y hábitos de los franceses y de la evolución de sus motivaciones de compra. En un contexto inflacionario, el estudio destaca en particular que los franceses todavía desean consumir de manera responsable, incluso si su poder adquisitivo y el precio de los productos siguen siendo preocupaciones centrales. Entre las principales lecciones de este estudio, encontramos que el 48% de los encuestados priorizan una remuneración justa para los agricultores durante su proceso de compra, y que 3/4 de los franceses lamentan la falta de información sobre la parte del precio de compra devuelta a los productores.
También se preguntó a los franceses sobre su visión de una alimentación responsable dentro de 10 años: ¿cuáles son sus aspiraciones? ¿Dónde está la situación en términos de compra de productos responsables? Descifrado.
La visión francesa del consumo de alimentos en el futuro
Después de atravesar varias crisis, ¿cuál es el consumo alimentario ideal de los franceses? Parece que se puede resumir en una frase: “Precios más justos para todos, agricultores y consumidores”, ¡y esto de forma sostenible! De hecho, la doble prioridad para la mayoría de los franceses resulta de unos precios razonables (41%) que garantizan una remuneración justa a los productores (41%).
Más allá de este deseo, las expectativas de los consumidores se extienden a otros criterios: el 36% de los franceses aspira a productos que sean buenos para su salud, mientras que el 33% de los encuestados destaca la importancia de apoyar la economía local. Cuestiones como el bienestar animal (27%) o la protección del medio ambiente (26%) también se consideran esenciales en el consumo de alimentos del mañana.
La competencia ambiental y social desleal, el primer obstáculo a la generalización de la alimentación sostenible
La regulación internacional del comercio agrícola y la soberanía alimentaria también están en el centro de las expectativas de los franceses. De hecho, el 51% de los encuestados considera la competencia desleal como un obstáculo para la generalización de los alimentos que desean en el futuro, y el 39% de los encuestados critica la inacción del Gobierno.
Según ellos, las medidas más urgentes que se deben tomar son la limitación de las importaciones de alimentos cuyas condiciones de producción no cumplan con las normas francesas (54%) y la adopción de precios mínimos para los productos agrícolas, con el fin de garantizar una renta digna a los agricultores. (43%).
El consumo responsable se afianza a pesar de las crisis y los obstáculos
El consumo responsable parece afianzarse de forma sostenible, con dos aspiraciones principales: una remuneración local y justa para los agricultores. Las crisis han cambiado permanentemente los hábitos alimentarios: entre ellas, la inflación, el COVID, la crisis agrícola e incluso el cambio climático.
Pero la sensibilidad de los franceses al precio no anula ni sus intenciones de comprar responsablemente ni las motivaciones subyacentes para tomar medidas. Entre estos últimos, el apoyo a los agricultores se mantiene estable a pesar de las crisis (58%), al igual que la salud (55%). En cuanto al precio de compra, el 77% de los encuestados lo cita como el principal obstáculo para el consumo de productos alimentarios responsables. Sin embargo, la compra de estos productos se está convirtiendo poco a poco en parte de su vida cotidiana: el 91% de los franceses compran de forma responsable. producto alimenticio al menos una vez al mes y el 70% al menos una vez a la semana. Finalmente, uno de cada dos franceses expresa el deseo de hacer más para tener un consumo más responsable.
En cuanto a los criterios que más influyen en el proceso de compra, los más citados son que el producto sea local (72%), su lugar de producción (72%) y que provenga de comercio justo (60%).
Un deseo de transparencia para decisiones más informadas
El barómetro también muestra una creciente expectativa de los consumidores de una mayor transparencia en la distribución del valor a lo largo de la cadena de producción: el 70% de los encuestados quiere que las empresas y los distribuidores comuniquen el importe del precio pagado. Los encuestados también desean transparencia en las condiciones de cría y bienestar animal. (63%) así como información sobre el impacto ambiental de los productos adquiridos (61%). Esta transparencia permitiría a los consumidores tomar decisiones más informadas y éticas.
A pesar de un contexto inflacionario persistente, los franceses todavía están comprometidos con el consumo responsable de alimentos. Una remuneración justa a los productores, la transparencia de los márgenes e incluso la protección de los sectores locales están entre sus deseos prioritarios. Por lo tanto, las autoridades públicas y la industria agroalimentaria deben tomar medidas concretas para apoyar estos enfoques.