con sus 3mi largometraje, el director belga se sumerge en el corazón de un Japón poco conocido, explorando la paternidad, la identidad y el choque cultural. Y encuentra a Romain Duris a quien le ofrece uno de sus grandes papeles.
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Codirector de MAD, periodista del departamento de Cultura
Por Gaëlle MouryPublicado el 19/11/2024 a las 15:45
Tiempo de lectura: 4 min
Ddesde Guardiánsu primer largometraje en 2015, el belga Guillaume Senez analiza con delicadeza los misterios de las relaciones humanas. Pero también, y sobre todo, la cuestión de la paternidad, rodearse de actores valiosos revelándolos en la pantalla bajo una luz diferente.
Esto es lo que todavía hace en una parte faltante con Romain Duris, con quien el director se reencuentra después Nuestras batallas y a quien ofrece uno de sus papeles más impresionantes. De esta colaboración anterior nació también esta nueva película, que nos sumerge en Japón, en el corazón de la realidad del cuidado infantil irrespetado. Duris interpreta a Jay, un francés que intenta encontrar a la hija que tuvo con Keiko, la pareja japonesa de la que está separado.
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