Lejos queda hoy el método de los primeros buscadores de oro, con los pies en el agua y un pequeño tamiz en la mano. La mayoría de los métodos actuales de extracción de oro utilizan productos químicos extremadamente tóxicos, como cianuro y mercurio, y enormes cantidades de agua. Y sólo recuperamos diez gramos de oro en una tonelada de mineral.
Pero existe otra técnica, la biolixiviación. Se basa en el uso de bacterias, como Acidithiobacillus ferrooxidanspara recuperar oro y otros metales de residuos mineros y, tras separación y filtración, de dispositivos electrónicos usados.
Un viejo método
“Las estimaciones varían, pero una tonelada de placas de circuitos podría contener 150 gramos o más de oro puro que, al no deslustrarse, produce conexiones eléctricas estables”explicar El economistaque dedica un artículo a este método. Según cifras de Naciones Unidas, de los 62 millones de toneladas de aparatos eléctricos desechados en todo el mundo en 2022, menos de una cuarta parte se consideran reciclados. Pero en lugar de quemar o derretir estos metales, el uso de bacterias podría cambiar las reglas del juego. Y el método no es nuevo.
“Hace más de 2.000 años, se descubrió que la lixiviación de metales hacía que el agua de las minas de cobre se volviera azul. No fue hasta la década de 1950, después de que se descubrió que las bacterias eran las responsables, que se comercializó el proceso para recuperar materiales sobrantes de relaves, desechos líquidos y sólidos de las operaciones mineras.detalla la revista británica.
En definitiva, un proceso natural y sostenible
Para mejorar y acelerar el rendimiento de este método, es necesario construir plantas de procesamiento personalizadas que utilicen una combinación de bacterias no patógenas similares, de origen natural. Y sobre todo ofrecerles un entorno adecuado. Este será pronto el caso de la planta de biolixiviación construida en Cambridge (Inglaterra), cuya capacidad es de mil toneladas al año, por la empresa de minería urbana Bioscope Technologies.
“Estos incluyen un ambiente ácido cuidadosamente controlado, una temperatura inferior a 50°C y un buen suministro de oxígeno en los tanques de reproducción. Una vez que estas mimadas bacterias se mezclan con polvo molido en una cámara de reacción, digieren una gran parte de los metales dentro de un uno o dos días”detalla The Economist.
Un proceso rápido que permite recuperar oro muy fácilmente añadiendo un poco de agua. Luego las bacterias se reutilizan. “La idea es crear un sistema de reciclaje circular cerrado que acelere un proceso natural y sea sostenible”.explica Jeff Bormann, director general de Bioscope. Si el proceso ya permite recuperar casi todo el oro, plata, cobre, paladio y estaño contenidos en las arenas bituminosas trituradas, Bioscope espera poder extraer también zinc, galio y tantalio.