Tres miembros de las fuerzas de seguridad iraquíes murieron y otros tres resultaron heridos el domingo por un artefacto explosivo en la provincia de Salaheddine, en el norte de Irak, dijeron a la AFP un funcionario local y una fuente de seguridad.
Irak declaró su “victoria” contra el grupo Estado Islámico (EI) a finales de 2017, pero las células yihadistas siguen activas en el país y continúan atacando esporádicamente al ejército y a la policía, especialmente en zonas rurales y remotas.
El comandante de un regimiento del ejército, otro oficial y un miembro de los servicios de seguridad murieron en la explosión del artefacto, ocurrida en el distrito de Touz-Khourmatou, fronterizo con la provincia de Kirkuk, escenario de esporádicos ataques yihadistas, Zulfiqar al- dijo a la AFP Bayati, alcalde de Touz-Khourmatou.
Una fuente de seguridad confirmó a la AFP el número de muertos, precisando que las víctimas se encontraban en un vehículo en el momento de la explosión, de la que no se informó de inmediato.
Los muertos eran miembros de los Peshmerga, las fuerzas militares del Kurdistán iraquí autónomo, mientras que los heridos pertenecían al ejército iraquí, dijo.
El Ministerio de Defensa iraquí rindió homenaje a los tres soldados “que cayeron como mártires (…) mientras cumplían con su deber”.
Después de su meteórico ascenso al poder en 2014 y la conquista de vastos territorios en Irak y Siria, ISIS vio colapsar su autoproclamado “califato” menos de tres años después bajo la influencia de sucesivas ofensivas en estos dos países.
Según un informe de un experto de la ONU sobre ISIS, publicado en julio, el número actual de yihadistas en Irak y Siria es “del orden de 1.500 a 3.000 combatientes”.
En Irak, las “actividades” del EI siguen “en gran medida contenidas”, subraya el informe, precisando que el grupo “sigue siendo capaz de llevar a cabo ataques esporádicos y de gran impacto”.