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El Chemsex, una alianza de consumo de drogas con fines sexuales, se ha convertido en un verdadero problema de salud pública, según los adictos, que denuncian los estragos que la práctica ha causado desde 2022. Con el asunto Pierre Palmade, el tema recibió una atención mediática sin precedentes.
La práctica se habría disparado durante el confinamiento, principalmente entre la población gay. Mientras los franceses se veían obligados a quedarse en casa, “las personas que ya practicaban chemsex, muchas de ellas empeoraron sus prácticas en un contexto de ansiedad, soledad, cierre. Las personas que tal vez no lo hacían” descubrieron: sólo había lugares de encuentro privados. , explicó Hélène Donnadieu, jefa del departamento de adicciones del Hospital Universitario de Montpellier, en 2022.
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Los profesionales de la salud lo han notado: en los meses posteriores al confinamiento, las solicitudes de tratamientos relacionados con esta práctica se multiplicaron en toda Francia, mientras que antes el “chemsex” se limitaba a la capital. Consiste en la ingestión de catinonas sintéticas, entre las que destaca la más popular, la 3MMC, cuya distribución mucho mayor también contribuye a esta explosión. También hablamos de GHB (la droga del violador), o incluso de MDMA, ketamina o metanfetamina.
Numerosas noticias
Drogas sintéticas que prometen a sus usuarios una sexualidad extática: suprimen el hambre y el sueño, eliminan las inhibiciones y aumentan el deseo y las sensaciones. Su consumo suele ir acompañado de alcohol y poppers, así como de medicamentos que favorecen las erecciones, que pueden ser inhibidas por estos fármacos. Entre los problemas que plantean, sin embargo, surge rápidamente el riesgo de adicción, con todas las disfunciones psicosociales que ello conlleva: desde la depresión hasta los trastornos psiquiátricos, pasando por el aislamiento social y la incapacidad de experimentar placer sexual en ausencia de drogas.
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Además del asunto Pierre Palmade, numerosas noticias han marcado la actualidad en los últimos meses, recordando que el “chemsex” no acabó con el accidente provocado por el cómico, sino todo lo contrario. Así, en marzo pasado se abrieron en Burdeos tres investigaciones distintas sobre cuatro sobredosis, dos de ellas mortales, tras una sucesión de hechos ocurridos con algunos días de diferencia en relación con hombres que consumían productos relacionados con el “chemsex”. Un hombre de cuarenta años fue condenado a raíz de estos casos a diez meses de prisión, nueve de los cuales suspendidos por tráfico de drogas, admitiendo ser “adicto” tras haber sido encontrado inconsciente durante una de esas noches.
Propuesta de estrategia nacional de prevención
Lo suficiente como para empujar en mayo pasado a los diputados de diferentes partidos políticos a pedir una estrategia nacional de prevención del chemsex en una propuesta de resolución que debía ser estudiada a finales de junio. La diputada del Renacimiento Brigitte Liso fue una de las que dio la voz de alarma sobre “un tema social mucho más profundo” que el simple asunto Palmade, pidiendo en particular “un inventario epidemiológico preciso”. También propuso “sensibilizar e informar ampliamente” sobre el tema, con una oferta de formación para profesionales sanitarios y judiciales, así como una serie de acciones de prevención, especialmente en los “lugares de fiesta”, así como en los centros de enseñanza secundaria. universidades o grandes escuelas.
Porque en Francia se estima que el chemsex afectaría “al menos a entre 100.000 y 200.000 personas”, afirmó la parlamentaria en su resolución, basada en un informe presentado al Ministerio de Sanidad dos años antes. “La práctica del chemsex se está consolidando entre un público cada vez más joven, procedente de todos los orígenes y de todos los territorios”, advirtió además.