“Hemos abierto nuestras puertas para que todos puedan participar en debates constructivos y fructíferos. Nuestra puerta sigue abierta”, declaró Ialtchine Rafiev, principal negociador de Azerbaiyán para la COP29, cuando se le preguntó en una rueda de prensa sobre la cancelación de la visita del ministro francés responsable del clima la próxima semana. “El país anfitrión, Azerbaiyán, garantizó que el proceso fuera inclusivo”, dijo Rafiev, el hombre que coordina diariamente las difíciles negociaciones en la conferencia de las Naciones Unidas. Recordó que unos 80 dirigentes habían venido a Bakú y que se esperaba que “centenares de ministros” sucedieran el lunes a los negociadores técnicos.
En un discurso el miércoles ante representantes de los estados insulares, el presidente de Azerbaiyán, Ilham Aliyev, denunció la historia colonial de Francia y los “crímenes” del “régimen” del presidente francés Emmanuel Macron en sus territorios de ultramar, particularmente en Nueva Caledonia. La ministra francesa para la Transición Ecológica, Agnès Pannier-Runacher, anunció unas horas más tarde, desde París, que no asistiría más a la COP29 tras estos ataques, calificados de “inaceptables”.
Silla vacía. Casi 200 países participan en las COP. El papel de la presidencia del país anfitrión es proporcionar el marco para producir el consenso mediante el cual se toman las decisiones. Las malas relaciones entre Francia y Azerbaiyán, ligadas al apoyo de París a Armenia, enemigo histórico de Bakú, se han agravado desde la reanudación del control del enclave de Nagorno-Karabaj tras una ofensiva relámpago azerbaiyana, en septiembre de 2023, a costa del éxodo. de más de 100.000 armenios. El presidente francés no asistió a la cumbre de líderes del martes y miércoles. Pero antes de la COP29, la ministra dijo que rechazaba la política de la silla vacía.
La Unión Europea mostró su solidaridad con Francia y los Países Bajos, también atacados por Aliev por su control de territorios de ultramar. “Más allá de cualquier desacuerdo bilateral, la COP debe ser un foro donde todas las partes se sientan libres de venir y negociar por el clima”, respondió el jueves Jacob Werksman, jefe negociador de la Comisión Europea. Este incidente añade tensión a la atmósfera de esta conferencia, organizada en un país autoritario, rechazado por muchos líderes del G20 y ensombrecido por la reelección de Donald Trump en Estados Unidos.
Ausencia simbólica. La Argentina de Javier Milei, aliado declarado del presidente electo estadounidense cuyo escepticismo climático comparte, retiró su delegación, aunque ya reducida al mínimo, con un puñado de expertos que habían venido a preparar informes técnicos. “Este es en realidad un tema bilateral entre Argentina y la ONU, y no podemos hacer más comentarios al respecto”, respondió simplemente Rafiev el jueves.
Los franceses siguen presentes en la COP, en número, con unos cuarenta expertos interministeriales, “tantos como en años anteriores”, asegura el gabinete del Ministro Pannier-Runacher. La bandera francesa suele ondear delante de las oficinas de la delegación francesa, en los largos pasillos grises bajo las gradas del estadio olímpico de Bakú. Aunque este año Francia hubiera optado por no organizar un pabellón en el gran foro donde se encuentran Australia, Estados Unidos y decenas de países.
Los observadores sostienen que la ausencia del ministro es simbólica, ya que la UE tiene el mandato de negociación para los 27 Estados miembros. “La Unión Europea seguirá manteniendo las mismas posiciones con o sin la presencia de Francia”, dijo a la AFP un observador que conoce el funcionamiento de la COP. Pero para que la COP29 logre resultados, “todos los actores clave deben estar presentes en la sala”, matiza Ruth Townen, experta del grupo de expertos Chatham House. Lola Vallejo, experta francesa del Instituto para el Desarrollo Sostenible y las Relaciones Internacionales (IDDRI) presente en Bakú, teme que la ausencia de Francia a nivel ministerial le impida influir en el compromiso final. “Cuando hay un ministro allí, se escucha más su voz”, afirma. “Esta es la primera vez que Francia no tiene jefe de gobierno ni representación ministerial”.
Delphine PAYSANT
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