“Evitar viajar. Los ríos se desbordan y pueden ocurrir inundaciones”, advirtió. Un mensaje ampliamente difundido por las autoridades, deseosas de evitar un nuevo escenario de catástrofe, dos semanas después del trágico mal tiempo que devastó el sureste del país.
Según la Aemet, efectivamente se produjeron lluvias torrenciales durante la noche del miércoles al jueves, con acumulaciones de 110 litros de agua por metro cuadrado (110 milímetros) en Alcudia de Veo, en el interior de Valencia, y de 88 litros (88 milímetros) en Chiva, pueblo ya afectado por las inundaciones a finales de octubre.
Pero estas fuertes lluvias causaron pocos daños, aunque las calles quedaron inundadas y ocasionalmente se cortaron carreteras, tanto en Andalucía como en la región de Valencia. Según las autoridades, sobre todo no causaron nuevas víctimas.
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“Más vale prevenir que curar”
Debido a estas nuevas condiciones meteorológicas, la Generalitat Valenciana anunció este miércoles una serie de medidas preventivas en un total de 163 municipios, con cierres de clases y restricciones de tráfico.
“La noche fue complicada (…) Nunca habíamos visto tanta lluvia”, declaró Jordi Mayor, alcalde de Cullera, en la televisión pública TVE. En esta localidad costera situada cerca de Valencia, las calles todavía estaban “intransitables” el jueves por la mañana, pero los daños fueron limitados.
En Málaga, donde el tráfico aéreo se vio gravemente afectado el miércoles, más de 4.200 personas fueron evacuadas preventivamente, principalmente cerca del Guadalhorce, un río amenazado de desbordamiento. También se han suspendido las clases para casi 500.000 escolares.
“Sé que esto ha creado problemas a muchas familias” pero “más vale prevenir que curar”, justificó el jueves el presidente de la región andaluza, Juanma Moreno, precisando que las personas evacuadas probablemente no podrían regresar a sus casas antes del viernes. .
Para Jess Neumann, profesora de hidrología de la Universidad de Reading en el Reino Unido, “la rapidez de las evacuaciones probablemente salvó muchas vidas”. Esto “muestra hasta qué punto es posible y necesario actuar rápidamente cuando se emiten alertas”, consideró en una nota analítica.
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Inicio de la vuelta a la normalidad
Sin embargo, el jueves ya se veían indicios de una vuelta a la normalidad en las zonas afectadas. En Málaga pudo comenzar el torneo de tenis Billie Jean King Cup (antigua FedCup), tras un aplazamiento de 24 horas debido a la lluvia.
En la Comunidad Valenciana también se levantaron las restricciones a la circulación de vehículos particulares, mientras que al final de la mañana se reanudó el tráfico ferroviario con Madrid, por primera vez en dos semanas.
Esta vuelta a la normalidad es, sin embargo, más complicada en las zonas devastadas por las inundaciones del 29 de octubre, donde continúan los trabajos de limpieza y restauración de las infraestructuras, así como la búsqueda de las 16 personas aún desaparecidas.
Este último se concentra “en una franja de 200 kilómetros de largo y 60 kilómetros de ancho”, concretamente cerca de la desembocadura del río Turia, donde los cadáveres podrían haber sido arrastrados por las olas, afirmó Rosa Touris, portavoz del Cecopi, comité de emergencia creado después de las inundaciones.
Debido a estas nuevas lluvias, la audiencia del presidente de la región, Carlos Mazón, que debía explicar el jueves ante el parlamento regional su gestión de la catástrofe, fue aplazada hasta el viernes.
El líder conservador, objeto de fuertes críticas por su gestión de las inundaciones del 29 de octubre, podría anunciar en esta ocasión una reorganización de su gobierno, según los medios españoles.