¿De dónde viene el movimiento?
Betar fue fundada en 1923 en Riga, Letonia, por Vladimir Ze’ev Jabotinsky. El nombre del movimiento es un homenaje, en hebreo, al activista Joseph Trumpledor, que organizó en particular la inmigración de judíos al Estado de Israel en una época en la que éste aún no existía. “Betar” es también el nombre de la última fortaleza judía que cayó en manos del Imperio Romano en el año 135. Hoy en día, Betar es un movimiento internacional presente en 30 países de todo el mundo, incluida Francia, donde se dice que cuenta con entre 300 y 500 miembros.
¿Cuáles son sus objetivos?
Interrogado por Le Parisien, Frédéric Encel, profesor de Sciences Po, resume: Betar es un “movimiento juvenil sionista judío nacionalista”, favorable “a la creación de un gran Estado de Israel”. En su sitio web, Betar explica que “el papel de Betar es extremadamente simple y, sin embargo, muy difícil: crear el tipo de judío que el pueblo necesita para establecer el Estado judío de manera más rápida y efectiva. […] El movimiento Betar continúa ayudando a crear el “tipo” del que habló Jabotinsky, educando a cientos de miles de adolescentes y adultos jóvenes en todo Israel y la diáspora. »
Betar ofrece así programas de larga duración en Israel para extranjeros, pero también “conferencias, seminarios, visitas por todo el país, publicaciones en revistas, libros y mucho más”.
¿Cuál es su posición política?
Oficialmente, Betar no tiene una orientación política. En Le Parisien, Frédéric Encel explica que se trata de “la rama juvenil del Likud, el partido político israelí al que pertenece Benjamín Netanyahu. […] Si llamamos al Likud un partido de extrema derecha, también lo es su ala juvenil, Betar. Si consideramos que el Likud es un partido nacionalista, Betar también es un movimiento nacionalista. »
Pero la historia de Betar ha estado marcada por acciones violentas, algunas de ellas en Francia. Entre ellos, un archivo del periódico Le Monde afirma que en abril de 2002 miembros de la organización “golpearon a los manifestantes con barrotes, robaron chaquetas y documentos de identidad a los jóvenes y los amenazaron de muerte en el aeropuerto de Orly, al margen del aeropuerto de José Bové”. regreso de Ramallah, que había ido a encontrarse con Yasser Arafat.