Desde el inicio de la invasión rusa a gran escala en febrero de 2022, la población ucraniana ha disminuido en 8 millones de habitantes (e incluso 10 millones si nos remontamos a 2014 y al inicio de la guerra en Donbass), es decir, casi una cuarta parte de los habitantes. según cifras de las Naciones Unidas. Entre las consecuencias de esta caída demográfica: el país está perdiendo fuerza laboral.
Los líderes empresariales ucranianos están consternados y la economía del país está más de rodillas que nunca.
Debido a la movilización, pero también a las numerosas salidas al extranjero, aproximadamente seis de cada diez empresas carecen de trabajadores, cifras proporcionadas por el Ministerio de Política Social: un tercio de los 11 millones de trabajadores que había en el país antes de febrero de 2022 ya no trabaja.
La semana pasada se celebró en Kiev el Foro Económico Internacional, que reunió a representantes de las empresas, el gobierno y la sociedad para discutir los principales temas económicos del país.
Este problema está absolutamente en la mente de todos, ya se trate de las PYME, del sector tecnológico, incluidas las grandes empresas industriales o de la agricultura. La escasez de mano de obra afecta a TODOS los sectores, y tanto o más que los bombardeos o los cortes de energía.
¿Cómo sustituir a los empleados que se han ido al frente?
A las empresas ucranianas les resulta muy difícil sustituir a los empleados que se han ido al frente. La movilización crea incertidumbre.
¿Cómo saber si un empleado estará en su trabajo a la mañana siguiente si lo reclutan de manera brutal y lo envían a entrenar en una base militar?
En el foro económico internacional, Virginie Pironon se reunió con el director de una PYME, un productor de cerveza que emplea a unas 100 personas. Su jefe de logística fue detenido por el ejército mientras conducía su coche y se alistó. Desde entonces, su empleador sigue buscando un nuevo empleado que tenga las mismas habilidades.
Consecuencia de esta escasez: el salario medio aumentó más de un 20% en el primer trimestre de 2024 respecto a 2023. Y el gobierno estima que incluso aumentará de 440 a poco más de 500 euros a finales de año.
¿Qué soluciones?
Una de las soluciones implementadas por las autoridades es eximir a ciertos hombres que trabajan para empresas estratégicas. Kyiv ha elaborado una lista.
Sobre el papel, pueden evitar así la movilización de su personal (hasta el 50% de la fuerza laboral). Pero, en realidad, el sistema sigue siendo complejo, burocrático y excluye a las pequeñas empresas.
En busca de soluciones más eficaces, los diputados han presentado un proyecto de ley. Permitiría a las empresas pagar un impuesto militar… alrededor de 450 euros por trabajador al mes para evitar la línea del frente. De aprobarse, el proyecto eximiría a casi 900.000 hombres y aportaría alrededor de 4.300 millones de euros para el ejército.
Pero en el país esta propuesta es fuertemente criticada porque podría haber abusos. Las personas que podían permitírselo podían pagar sobornos para evitar la movilización. Entonces el dinero no iría al Estado… sino directamente a los bolsillos de los funcionarios corruptos.