Según el relato de las monjas, los hombres del ex policía que se convirtió en líder de la banda “entraron al convento y también se apoderaron del hospital” según Franciainfo. Derribaron parte de las paredes antes de vaciar los dos edificios de camas y todo el equipamiento médico y prenderles fuego. “Las hermanas y el personal médico no fueron agredidos”, según la misma fuente.
En septiembre pasado, la policía haitiana pidió a las monjas que abandonaran el barrio y cerraran su casa. Las fuerzas del orden se sintieron incapaces de protegerlos de la fuerza de las pandillas, y en un área que ahora se considera territorio del G-9 et fanmi (G-9 y la familia), del cual Barbecue es el líder.
La casa de las Hermanas Misioneras de la Caridad fue inaugurada en 1979. Desde entonces, miles de haitianos han traspasado sus muros para recibir ayuda alimentaria, atención, cirugía o tratamiento médico. De hecho, según la Agencia Fides, el hospital recibe alrededor de 1.500 pacientes al año en hospitalización gratuita y casi 30.000 pacientes al año en clínicas ambulatorias gratuitas.
Este ataque revela un empeoramiento de la situación, si es que puede empeorar. Porque hasta entonces, hasta las pandillas respetaban a las Hermanas de la Caridad y su misión esencial para con la población.
Pero según una fuente “Barbecue ha perdido toda racionalidad, todo respeto por las hermanas y por el pueblo, porque sabe muy bien que son los más pobres los que se benefician del servicio de las hermanas y los que se han beneficiado de él por todos estos años.
Parece que la codicia fue el motivo del ataque. La hermana Paësie, misionera en Haití, que dio detalles de la tragedia, precisa que “la“Los objetos saqueados todavía se venden en el mercado cerca de Saint-Joseph.”
Las Naciones Unidas han creado desde julio pasado una misión multinacional de apoyo a la seguridad, con la llegada de un primer contingente de policías kenianos. El Salvador aprobó a principios de octubre el envío de un contingente militar. Pero estas fuerzas parecen muy escasas frente a las terribles bandas que aterrorizan la capital haitiana.