Con esta derrota, el OM se encuentra al alcance de Mónaco (3º) y Lille (4º), que jugarán este fin de semana, y por tanto corre el riesgo de perder su segunda plaza. Sobre todo, el fiasco del viernes sirvió para recordar que el proyecto inaugurado este verano por la dirección y dirigido por Roberto De Zerbi todavía estaba, como mucho, en sus cimientos y que la tarea era inmensa. En particular, los marselleses tendrán que aprender a ganar en el Vélodrome, donde luchan sistemáticamente y donde han jugado cinco veces por una sola victoria, contra el Niza.
Brassier en dificultad
En cualquier caso, después del éxito cosechado el domingo en Nantes, OM y De Zerbi querían mucho: continuar, ser mejores en el juego, borrar la bofetada del Clásico y finalmente ser buenos en el Vélodrome. – y no consiguieron nada. Tras el parón, tendremos que ir a Lens y recibir al Mónaco, otros dos candidatos a Europa, para sumar puntos y demostrar que el proyecto De Zerbi conserva su razón de ser. Porque el viernes Marsella parecía muy lejos de la meta.
A partir del minuto 10, fue Lilian Brassier la primera en hundirse. Con un balón largo sin grandes dificultades, el central del Marsella se desorientó en el espacio y dejó que Lassine Sinayoko abriera el marcador (1-0). En ese momento, el ex jugador del Brest confirmó sus dificultades para adaptarse al OM, aunque De Zerbi había dicho el jueves que lo veía progresando. Quedarse atrás era prácticamente lo peor que le podía pasar al OM, que ya no tenía mucho espacio en el 0-0 y ahora se enfrentaba a dos líneas de cinco firmemente plantadas frente a Donovan Leon.
Penalti de Greenwood
Los marselleses intentaron moverse alrededor del bloque pero sin obtener más que algunas medias oportunidades. Tenían la posesión, claro, pero nunca encontraron la solución y muchas veces daban la impresión de no saber ni siquiera dónde buscarla. Para el Auxerre, que lo hizo todo muy bien el viernes y subió a una bonita sexta plaza, las cosas fueron más sencillas: esperar y contraatacar. Antes del descanso, los borgoñones lo hicieron dos veces, con éxito: primero Gaëtan Perrin (2-0, 43.) y luego el talentoso Hamed Traoré (3-0, 45.). En estas dos acciones, el Marsella defendió terriblemente mal y su debilidad en este sector de juego corre el riesgo de ser paralizante esta temporada.
Tras el descanso, De Zerbi dio salida a Elye Wahi, Ismaël Koné y Ulisses García, pero eso no cambió nada. El Auxerre pegó al poste y siguió teniendo las mejores ocasiones. En el minuto 65, el OM remontó el 3-1, gracias a un penalti caído del cielo de Mason Greenwood y a una mano de Clément Akpa. Luego, Wahi arengó los giros, invitando al público a esforzarse y creer.