Un partido de alta tensión en el Stade de France

Un partido de alta tensión en el Stade de France
Un partido de alta tensión en el Stade de France
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El partido Francia-Israel del 14 de noviembre promete ser explosivo. Tras los violentos incidentes ocurridos en Amsterdam, las autoridades francesas están en alerta. Descubra las drásticas medidas de seguridad implementadas para evitar cualquier desbordamiento en el Stade de France. Un partido bajo alta tensión…

Es un partido de fútbol como ningún otro el que se avecina. El 14 de noviembre, Francia recibirá a Israel en el Stade de France para un partido de muy alta tensión de la Liga de las Naciones. Un encuentro explosivo, apenas una semana después de los violentos enfrentamientos que estallaron en Amsterdam entre los seguidores del Ajax y del Maccabi Tel-Aviv al margen de un partido de la Europa League.

Incidentes en Ámsterdam que te hacen temer lo peor

El jueves pasado, el partido Ajax-Maccabi Tel-Aviv se vio empañado por graves excesos. Unas sesenta personas fueron detenidas tras varios incidentes al margen del partido, ganado por los holandeses por 5-0. El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, reaccionó con fuerza, denunciando “un ataque premeditado” contra sus partidarios israelíes.

A pesar de estos enfrentamientos, el ministro francés del Interior, Bruno Retailleau, descartó la hipótesis de una reubicación del partido Francia-Israel. “Francia no retrocede porque eso equivaldría a abdicar ante las amenazas de violencia y antisemitismo”, afirmó. Palabras firmes, pero que no tranquilizan a todos dado el contexto explosivo.

Un dispositivo de seguridad excepcional

Para protegerse contra cualquier desbordamiento, las autoridades han planeado un sistema de seguridad de una escala sin precedentes. Se movilizarán nada menos que 2.500 policías y gendarmes para supervisar la reunión en el Estadio de Francia y sus alrededores. También se desplegarán policías vestidos de civil en las gradas para evitar incidentes.

Las primeras filas, más cercanas al terreno de juego, permanecerán vacías de espectadores para evitar la invasión del terreno de juego. El hotel de los jugadores israelíes también estará bajo estrecha vigilancia. Las empresas CRS recorrerán toda la capital en paralelo.

La FFF y Deschamps entre la vergüenza y la firmeza

Por parte de la Federación Francesa de Fútbol y del personal de los Bléus, el malestar es palpable. El técnico Didier Deschamps no oculta su escepticismo: “Jugar este partido en estas condiciones no sé si fue la mejor solución. Lo que puedo decirles es que debe seguir siendo un partido de fútbol, ​​sin ignorar el contexto tan tenso”.

Philippe Diallo, presidente interino de la FFF, está en la misma línea que las autoridades. No se trata de ceder a la presión de trasladar una reunión internacional. Un mensaje de firmeza, a pesar de los llamamientos de asociaciones como “Stop Genocide” que llevaron a cabo contundentes acciones para exigir la cancelación del encuentro.

Un partido bajo el espectro del conflicto palestino-israelí

Más allá del deporte, este Francia-Israel cristaliza todas las tensiones vinculadas al conflicto palestino-israelí. El reciente despliegue de una pancarta de “Palestina libre” por parte de los ultras parisinos antes del PSG-Atlético es el símbolo de ello. Según una fuente cercana al asunto, el ejército israelí juró “destruir a Hamás” tras el mortífero atentado del 7 de octubre que dejó más de 1.200 víctimas, la mayoría de ellas civiles.

En represalia, Israel lanzó una devastadora ofensiva en Gaza que provocó la muerte de más de 43.000 personas, principalmente civiles según el Ministerio de Salud de Hamás. Un baño de sangre que no puede dejar a nadie indiferente y que inevitablemente viene a la mente a los pocos días de un partido de fútbol aparentemente sin incidentes.

Un inicio bajo alta vigilancia

A pesar de este difícil contexto, las autoridades quieren dar tranquilidad. Hasta el momento no se ha identificado ninguna amenaza directa a la reunión. Los aficionados, jugadores y personal serán registrados y escoltados con el mayor cuidado hasta el inicio del partido. La policía está en pie de guerra para garantizar que el fútbol no ceda ante los demonios de la geopolítica.

Lo cierto es que esta reunión Francia-Israel pasará a la historia. Menos por el espectáculo deportivo que por los miedos y tensiones que suscita. Una señal triste para el deporte rey, una vez más superado por un contexto que lo supera. Esperemos que el rectángulo verde, durante un partido, mantenga a raya la violencia del mundo. Respuesta el 14 de noviembre en el Estadio de Francia, ante la mirada preocupada de una opinión pública alerta.

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