La cerda doméstica criada por una pareja de jubilados y que vivía en condiciones indignas fue confiscada por la Oficina Francesa de Biodiversidad.
Para el final de su vida, Cocotte debería “vivir días felices”. La cerda doméstica, que había sido recogida y criada por un matrimonio de jubilados de Musigny, en Côte-d’Or, fue confiscada este miércoles 6 de noviembre por agentes de la Oficina Francesa de Biodiversidad (OFB), informa France 3 Borgoña. Hace tres años, cuando era sólo una cerdita, Cocotte fue confiada a la pareja por un cazador, que había prometido que volvería, pero que nunca lo hizo.
Desde entonces, la cerda doméstica, que ahora pesa 140 kilos, vivía en una gran habitación destartalada de la casa de sus amos, donde se guardaban muebles de madera, chapas de metal y otros objetos voluminosos. Un entorno alejado de los bosques donde viven jabalíes y se alimentan de bellotas, castañas o setas.
Posesión no autorizada de un animal
Según la ley, también está completamente prohibido poseer un animal salvaje, como la especie Cocotte. La pareja se enfrentaba a tres años de prisión y una multa de 150.000 euros por posesión no autorizada de un animal, maltrato y mantenimiento de un animal en un entorno insalubre. También es imposible simplemente liberar al animal en la naturaleza.
“Lamentablemente la cerda está domesticada, por lo que ya no podemos liberarla”, lamentó en octubre Cendrine Perrot, representante de la asociación Ver Informar Denunciar Ley de animales (Vida).
Según France 3 Bourgogne, el pasado mes de septiembre se presentó una denuncia anónima que dio lugar a una inspección de la gendarmería y luego a una solicitud de embargo presentada por Olivier Caracotch, fiscal de Dijon. La Oficina Francesa de Biodiversidad (OFB), encargada de la operación, pudo recuperar este miércoles a la cerda, ponerla a dormir y trasladarla a un parque de animales.
Según el fiscal, Cocotte debería “vivir días felices”, lejos de su abarrotado granero de Musigny.
Lucie Valais Periodista BFMTV
