La sedación del niño, operado varias veces, fue “reducida muy gradualmente”, “pudo ser extubado y su pronóstico vital ya no corre peligro”, explicó el fiscal de Rennes, Frédéric Teillet. El joven “presentará, sin embargo, muy probablemente secuelas neurológicas y el médico forense considerará una incapacidad permanente”, añade el magistrado.
Dos balas en la cabeza
El niño recibió dos disparos en la cabeza el 26 de octubre en la localidad de Pacé, cerca de Rennes, mientras se encontraba en el coche de su padre. Había sido perseguida por perseguidores que abrieron fuego antes de huir.
El padre del niño vive en el barrio de Maurepas, punto crítico del tráfico de drogas en Rennes y escenario de varios tiroteos y ajustes de cuentas desde principios de año.
El Ministro del Interior, Bruno Retailleau, visitó el lugar una semana después y prometió reforzar la lucha contra la “escoria de la droga”, indicando que el padre del niño herido era conocido ante los tribunales por tráfico de estupefacientes.
Se ha abierto una investigación judicial y un juez de instrucción de la JIRS (Jurisdicción interregional especializada en la lucha contra la delincuencia organizada) de Rennes se ha ocupado de hechos de tentativa de asesinato y de asociación para delinquir con vistas a la comisión de un delito, precisa el fiscal.
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