Una vez más sirvió de telón de fondo en las reuniones del multimillonario y pretende ser “una extensión de la marca Trump”, como resume el protagonista. Donald Trump volverá a ser Presidente de los Estados Unidos y su Boeing 757 privado fue utilizado durante la campaña… Lo que incluso le causó algunos sustos este año. Le ofrecemos nuestra pequeña hoja de trucos sobre el tema.
México, Dinamarca, Microsoft… Una vida antes de Trump
Lanzado desde la fábrica de Boeing en Renton (Washington) en 1991, el avión de Donald Trump experimentó por primera vez la carrera de un avión de pasajeros clásico. Entregado a la compañía danesa Sterling Airlines, realiza vuelos de bajo coste en Europa y luego cruza el Atlántico para hacer lo mismo al servicio de la mexicana Taesa. En 1995, Paul Allen, cofundador de Microsoft, lo compró para convertirlo en un jet privado. El que entonces era uno de los hombres más ricos del mundo no escatimaba en medios, como describe un retrato realizado por los Rolling Stones en 2001. El interior estaba tapizado en cuero azul y Anigré, una preciosa madera africana. Alrededor de un bar situado en el centro del avión, organiza un dormitorio, un baño y una sala de conferencias equipada con sofás y unas diez camas. Incluso hay un asador a bordo. En 2011, el multimillonario acabó vendiéndolo a Donald Trump por un precio estimado en unos 100 millones de dólares.
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“Tyson 1”, un palacio volador al gusto del multimillonario
Conocido bajo el designador “Tyson 1”, un probable homenaje a Mike Tyson, quien libró varias peleas en los casinos de Donald Trump, el B757 se está volviendo aún más aburguesado. Orgulloso del resultado, Donald Trump apareció en un documental (arriba) sobre el tema. En particular, el empresario hizo bañar los cinturones de seguridad y los accesorios en oro de 24 quilates. Equipado con motores Rolls-Royce más potentes que los originales, ahora puede transportar 43 pasajeros con una autonomía de 7.600 kilómetros.
Un pozo financiero que roba poco
Mientras que un billete de avión es caro, un vuelo personal de larga distancia resulta inasequible, incluso para un multimillonario: la hora de vuelo se estima entre 15.000 y 18.000 dólares para el B757. Según cifras recogidas por Business Insider, el dispositivo despega muy poco cada año. En 2023 pasó sólo 270 horas en el cielo, principalmente entre Palm Beach (Florida), donde Donald Trump tiene un campo de golf, y Nueva York. También según la revista americana, la factura ascendió a 2,6 millones de dólares sólo por el combustible… Con una huella de carbono de 4.100 toneladas de CO2.
Un año lleno de acontecimientos
Tras su elección a la Casa Blanca en 2016, Donald Trump abandonó su B757 por los dos B747 “Air Force One” de la presidencia de Estados Unidos. Estacionado durante varios años en la pista del aeropuerto del condado de Orange (Nueva York), el avión quedó en mal estado. Incluso uno de los reactores está desmantelado. En 2021, Donald Trump finalmente gasta cientos de miles de dólares para restaurar su avión para las próximas elecciones presidenciales (vídeo a continuación).
El año 2024 no ha sido fácil para el dispositivo. En mayo, una de sus alas chocó contra un pequeño jet privado mientras rodaba en el aeropuerto internacional de West Palm Beach (Florida). En agosto, el B757 tuvo que realizar un aterrizaje de emergencia en el aeropuerto de Billings (Montana), mientras llevaba a Donald Trump a un mitin de campaña. El avión, de 33 años, pudo aterrizar de forma segura a pesar de un fallo hidráulico. Pudo volver a despegar a finales del verano para acompañar al que volverá al Air Force One dentro de unos meses.
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