El regreso de Trump a la Casa Blanca con un programa ultraproteccionista está sacudiendo la economía mundial. Entre impuestos aduaneros, tensiones comerciales y una inflación galopante, todo el equilibrio económico está trastocado. Descubra las amenazas que se ciernen sobre el crecimiento y el comercio internacional…
El regreso de Donald Trump a la Casa Blanca y su programa decididamente proteccionista están sacudiendo la economía mundial. Después de varios años ya sacudidos por múltiples crisis, los expertos temen un nuevo período de inestabilidad marcado por un comercio internacional lento, una inflación galopante y un crecimiento lento. Descifrando una situación económica bajo alta tensión.
¿Hacia una asfixia del comercio internacional?
El primer mandato de Trump, entre 2017 y 2021, ya estuvo marcado por una escalada de derechos aduaneros punitivos. Según sus promesas de campaña, esta vez los productos chinos podrían estar sujetos a impuestos de hasta el 60% en las importaciones y del 10% en el resto del mundo. Según un estudio de Roland Berger, si China y la Unión Europea responden por turno, el coste podría alcanzar 749 mil millones de dólares para Estados Unidos, 827 mil millones para China y 533 mil millones para la UE en 2029.
Pero más allá de la cuestión de los aranceles aduaneros, es el principio mismo de la cooperación internacional el que parece amenazado. Como señala Tara Varma, de la Brookings Institution, “el mundo del multilateralismo de los años 90 y 2000 ya no existirá”. Anticipa una “inmensa violencia” de las iniciativas del 47º presidente estadounidense, que cuestionan los fundamentos mismos del comercio mundial.
La inflación, la otra amenaza
Además de las tensiones comerciales, las políticas de Donald Trump corren el riesgo de desencadenar un nuevo shock inflacionario. El Instituto Peterson, por ejemplo, pronostica una inflación adicional de entre el 2 y el 4% para China. La cuestión de la migración también podría empeorar la situación, como explica Gilles Moec, economista jefe de Axa:
“La cuestión de la inmigración es tan importante como la del comercio internacional sobre la inflación”
– Gilles Moec, economista jefe de Axa
Con el deseo declarado de Donald Trump de deportar masivamente a inmigrantes indocumentados, hay potencialmente 8,3 millones de trabajadores que podrían estar desaparecidos según el Pew Research Center. El Instituto Peterson estima que esto provocaría un aumento de la inflación de más del 2% en Estados Unidos, del 0,6% en China y del 0,2% en Europa.
Sobre todo, esto frenaría la actual reducción de los tipos de interés por parte de los bancos centrales, que sin embargo es favorable al consumo de los hogares y la inversión empresarial.
Asia y Estados Unidos, motores de crecimiento estancados
Hoy en día, la dinámica del crecimiento global se basa principalmente en dos pilares: Asia, que aporta el 60% de este crecimiento, y Estados Unidos, que es una excepción entre los países avanzados con un PIB esperado de más del 2%. Dos locomotoras que corren el riesgo de ver su avance seriamente frenado por la política trumpiana.
El Fondo Monetario Internacional advierte de las repercusiones para el continente asiático de un agravamiento de la guerra comercial iniciada por Estados Unidos. En cuanto a la economía estadounidense, incluso en un escenario optimista, el programa de Donald Trump podría costarle un crecimiento del 2% anual entre 2027 y 2031, según estimaciones del Peterson Institute.
Entornos empresariales compartidos
Paradójicamente, los actores tecnológicos parecen tener una visión positiva de la elección de Donald Trump. La hipótesis de una regulación más estricta propugnada por los demócratas está retrocediendo y allana el camino para una nueva ola de desregulación favorable a los gigantes digitales. Esta proximidad se confirma con figuras como Elon Musk, nuevo propietario de Twitter y supuesto partidario de Trump.
Otro sector al que le podría ir bien: el de las criptomonedas. El miércoles, la única esperanza de una relajación regulatoria fue suficiente para impulsar al bitcoin a un nuevo máximo histórico. Un entusiasmo que contrasta con las preocupaciones de los círculos económicos tradicionales.
Mientras las nubes se acumulan sobre la economía global, Donald Trump parece dispuesto a alterar fundamentalmente los equilibrios establecidos. Entre el proteccionismo desinhibido y la desconfianza en las instituciones internacionales, perfila un futuro económico cada vez más incierto, donde la retirada compite con la disrupción tecnológica. Un cóctel explosivo con repercusiones difíciles de prever, pero que no augura nada bueno para la estabilidad y la prosperidad a escala planetaria.