AHoy estamos haciendo historia. » Donald Trump reclamó la victoria en las elecciones presidenciales estadounidenses desde Florida, este miércoles 6 de noviembre. “Agradezco a los votantes por elegirme 47mi presidente”, dijo mientras aún se esperan los resultados finales. “Ayudaremos a nuestro país a sanar”, añadió. Precisa: “Hemos escrito la Historia” al precisar que ganamos “el voto popular. »
“Ésta es una magnífica victoria para el pueblo estadounidense. Esto nos permitirá hacer que Estados Unidos vuelva a ser grande. Estados Unidos nos ha dado un mandato poderoso y sin precedentes”, declaró, rodeado de numerosas personalidades y su familia. “Recuperamos el control del Senado, es genial. »
El recuento aún está en marcha en muchos colegios electorales, pero una derrota de su rival demócrata Kamala Harris parece cada vez más probable a medida que los estados decisivos caen en manos del tribuno de 78 años.
“Ansioso”
El ambiente continuó ensombreciéndose durante la noche en la Universidad Howard, históricamente negra, en Washington, donde se habían reunido los partidarios de Kamala Harris.
Este último se negó a hablar inmediatamente, pero deberá hacerlo más tarde, según un asesor.
De festivo el ambiente pasó a ser muy tenso, constató un periodista de la AFP. Charlyn Anderson, una votante que abandonaba el lugar, confió: “Tengo miedo, estoy ansiosa ahora. Apenas puedo mover las piernas. »
En los demás Estados que ya han presentado sus resultados finales, no hay sorpresas.
Según los medios, los dos candidatos ganaron una serie de estados que les habían sido prometidos: Texas, Kentucky, Virginia Occidental, Florida, Missouri, Oklahoma, Mississippi y Luisiana. Nueva York, Illinois, California, Massachusetts, Colorado y la capital Washington para el vicepresidente demócrata.
Kamala Harris esperaba convertirse en la primera mujer electa presidenta, enfrentándose a un oponente condenado por cargos penales, objeto de múltiples procesamientos y que nunca admitió su derrota en 2020.
El mundo entero
El mundo entero espera el resultado del duelo, al final de una campaña sin precedentes marcada por la rotunda entrada en la carrera de Kamala Harris en julio tras la retirada del presidente Joe Biden, y por dos intentos de asesinato contra Donald Trump.
Detrás de estos dos candidatos había dos Estados Unidos aparentemente irreconciliables, cada uno de ellos convencido de que el otro bando llevaría al país al desastre.
La vicepresidenta, de 60 años, describió a su rival como un dictador “fascista” potencial y un peligro para los derechos de las mujeres.
Donald Trump describió a su oponente como un líder débil y “estúpido”, laxo con la inmigración ilegal y el crimen.
En todo el país, la tensión en torno a la votación es visible: en ciertos colegios electorales transformados en fortalezas, en las altas barricadas que rodean la Casa Blanca.
Los republicanos han recuperado el control del Senado estadounidense de manos de los demócratas. Aún no se conoce el destino de la Cámara de Representantes.
La cuestión muy polarizadora del aborto también es objeto de varios referendos. En una de las más seguidas, en Florida, una propuesta destinada a reintroducir la posibilidad de practicar un aborto hasta aproximadamente las 24 semanas de embarazo, en lugar de las seis actuales, no obtuvo suficientes votos para ganar.
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