El carismático fundador de Tesla y SpaceX, Elon Musk, nunca ha estado más comprometido políticamente que durante estas elecciones estadounidenses de 2024. Tras convertirse en un ferviente partidario de Donald Trump, Musk no dudó en mostrar públicamente su apoyo al candidato republicano durante toda la campaña. A las 4:32 de la madrugada del miércoles, cuando los primeros resultados parecían favorecer a Trump, Musk expresó su satisfacción en la plataforma X (antes Twitter), publicando un tuit escueto pero significativo: “Juego, set y partido. »
Esta alianza, si bien sorprende a algunos, es parte de un viaje en el que Musk ha desafiado constantemente las normas y expectativas. Conocido por sus ambiciones visionarias y su audaz enfoque hacia la tecnología, Musk ha dejado su huella en las industrias automotriz, energética e incluso aeroespacial. Su influencia es innegable y su plataforma X ahora le otorga un poder de transmisión único, transformando su apoyo en un importante activo de campaña para Trump. Incluso subiendo al escenario en un mitin en Pensilvania, Musk demostró claramente que no tiene la intención de desempeñar un papel pasivo en estas elecciones.
El resto después de este anuncio.
Para Musk, este apoyo va más allá de la amistad. Su implicación refleja cuestiones personales y económicas. Desde hace varios meses, sugiere que una victoria de Kamala Harri podría amenazar sus negocios e incluso su propio futuro. De hecho, Harris prometió fortalecer las regulaciones sobre las grandes empresas de tecnología, centrándose en particular en el abuso de los monopolios, la protección de datos personales y el impacto de la desinformación en línea. Musk, a medias, expresó temores sobre un posible procesamiento, considerando que una administración demócrata era un riesgo para su fortuna e influencia.
El resto después de este anuncio.
Esta intensa participación en la campaña también va acompañada de especulaciones sobre sus ambiciones políticas. Varios observadores plantean la posibilidad de que a Musk se le ofrezca un papel oficial en una administración Trump, como asesor especial en cuestiones tecnológicas y económicas. Su experiencia en inteligencia artificial, energía renovable y transporte podría convertirlo en un valioso aliado en un gobierno republicano, especialmente en un momento en que las cuestiones tecnológicas están en el centro de los debates económicos y de seguridad.
En este contexto, su tuit “Juego, set y partido” no se limita a un apoyo discreto sino que encarna una victoria personal anticipada, reforzando la imagen de esta alianza sin precedentes entre dos figuras emblemáticas de la América contemporánea. Queda por ver si Musk, ahora un actor político por derecho propio, seguirá desempeñando este papel clave detrás de escena en una posible administración Trump, en un momento en que sus empresas e ideas ya están redefiniendo el futuro económico y tecnológico de Estados Unidos. Estados Unidos.