En 1992, en una publicación anterior a la aparición de la noción de “calentamiento global provocado por el hombre”, dos de los más grandes climatólogos tropicales del mundo, los franceses Yves Tardy y Jean-Luc Probst, explicaron en unas pocas líneas que el motivo del La alternancia de ciclos sequía-lluvia en el Sahel se debe a variaciones en el “frente intertropical”:
«El clima en África sigue la posición del FIT (Frente Intertropical) o ZCIT (Zona de Convergencia Intertropical). Podemos distinguir dos escenarios:
1- Cuando el ITF se mantiene en posición sur, ya sea porque los polares móviles, procedentes del Polo Sur, son menos activos de lo habitual, o porque sus homólogos del Norte, procedentes del Polo Norte, son por el contrario más largos y más fuertemente activos, el déficit de precipitaciones es generalizado en el Sahel de África Occidental (…) Este es el caso de los años 1942, 1944, 1948, 1970, 1971, 1972 y 1973. Esta situación se puede leer muy bien en la curva de fluctuación del Senegal y Ríos Níger (…).
2- Cuando el FIT se eleva hacia el Norte bajo el impulso de los anticiclones móviles procedentes del Polo Sur, se registran excesos de precipitaciones sobre el África saheliana occidental (…).
Así, con los movimientos del FIT que están bajo la influencia del ascenso hacia el Norte de masas de aire polar provenientes del Polo Sur o del descenso hacia el Sur de masas de aire polar provenientes del Polo Norte, podemos captar fácilmente la relación que pueda existir entre las fluctuaciones de temperatura y las de humedad, así como el efecto de competencia entre el hemisferio norte y el hemisferio sur»
Las investigaciones actuales han integrado las variaciones del FIT en la larga historia de los ciclos climáticos saharo-sahelianos, lo que proporciona información sobre más de dos millones de años, como lo demuestra Mathieu Dalibard (2011) en su tesis dedicada al cambio climático africano.
Según Dalibard, el clima africano varía según tres ciclos principales:
1- Los ciclos en función de la variación de la órbita terrestre, o “ciclos de excentricidad”, fluctuarían entre 400.000 y 100.000 años.
2- Los ciclos en función de la inclinación del eje terrestre, o “ciclos de oblicuidad”, fluctuarían entre 54.000 y 41.000 años.
3- Los ciclos en función de la variación del eje de rotación de la Tierra, o “ciclos de precesión”, fluctuarían entre 23.000 y 19.000 años.
Esta sucesión de ciclos, por definición independiente de cualquier actividad humana, permite comprender por qué, hace varios cientos de millones de años, el Sahara y el Sahel estaban cubiertos por un glaciar y luego por el océano. Pues hace cien millones de años, era un inmenso bosque ecuatorial húmedo habitado por dinosaurios, antes de transformarse lentamente en un bosque tropical y luego en una sabana boscosa.
Más cerca de nosotros, este movimiento climático de larga duración, que durante 5.000 años tendió a la sequía, se intercaló con remisiones que dieron lugar a una sucesión de episodios secos y húmedos a través de los cuales se produjo el establecimiento de poblaciones.
Aún más cerca de nosotros, el siglo XX experimentó cuatro grandes sequías entre 1909 y 1913, entre 1940 y 1944, entre 1969 y 1973 y entre 1983 y 1985 (Retaille, 1984; Ozer et alii, 2010; Maley y Vernet, 2013). Durante la década de 1960, un período “cálido”, en el que el aumento de las precipitaciones provocó brevemente un desplazamiento de la zona del Sahel hacia el norte, lo que provocó una retirada del desierto. Y, sin embargo, estábamos entonces en la cima de la industrialización global y de la contaminación que resulta de ella.
Luego, a partir de los años 1970, con la disminución de las precipitaciones, el desierto volvió a expandirse y el Sahel se contrajo, con las isoyetas medias descendiendo de 100 a 150 kilómetros hacia el sur. Las consecuencias de este nuevo ciclo se ven actualmente agravadas, pero no causadas, por la presión demográfica del Sahel.
El análisis de estos fenómenos naturales contradictorios es extremadamente complejo. No tolera atajos ni ideas preconcebidas. Su comprensión no se logra mediante anatemas ni consignas, sino mediante el estudio de la duración larga e incluso muy larga.
Bibliografía
– Carré, M et alii., (2018) «Condiciones de sequía modernas en el Sahel Occidental sin precedentes en los últimos 1600 años». En línea.
– Dalibard, M., (2011) “Cambios climatológicos en la zona intertropical africana durante los últimos 165.000 años”. Tesis en paleontología climática, Universidad Claude Bernard, Lyon 1.
-Leroux, M., (1994) “Interpretación meteorológica de los cambios climáticos observados en África durante 18.000 años”. Geo-Eco-Trop1994, 16, (1-4), págs.207-258.
– Leroux, M., (2000) “La dinámica del tiempo y el clima”. París.
– Vehículo, B., (2023) “Historia del Sahel desde sus orígenes hasta nuestros días”. París.
– Maley, J y Vernet, R., (2013) “Las personas y los cambios climáticos en el norte de África tropical, desde el final del Neolítico hasta los albores de la era moderna”. Áfricas, debates, métodos y campos históricos, vol 4.
– Ozer, P et alii., (2010) “Desertificación en el Sahel: historia y perspectivas”. BSGLg, 2010, 54, págs. 69-84.
– Retaille, D., (1984) “Sequías y sequías en el Sahel. Información geográfica”, 1984, 48, págs. 137 a 144.
– Tardy, Y y Probst, JL., (1992) “Sequías, crisis climáticas y oscilaciones climáticas teleconectadas en los últimos cien años”. Sequía, 1992; 3:25-36.