IExisten estas piezas que marcan a generaciones enteras por su precisión, la profundidad de sus palabras y su gran poesía. Este es el caso de “Incendies” de Wajdi Mouawad. Si bien el espectáculo está siendo revivido estos días en Duceppe por las directoras Inès y Elkahna Talbi, es una oportunidad para que el público quebequense vuelva a conectarse con esta inquietante historia que habita nuestro imaginario colectivo desde hace más de dos décadas.
Cuando murió, Nawal Marwan llevaba cinco años sin hablar.. Para sus dos hijos de 22 años, Jeanne y Simon, sigue siendo un gran misterio. ¿Quién era esta mujer? ¿Por qué decidió permanecer en silencio y encerrarse en el silencio?
Su muerte es el comienzo de una búsqueda infinitamente compleja y peligrosa que cambiará para siempre el destino de los dos gemelos.
Desde las primeras escenas, las hermanas Talbi capturan la esencia del texto original, al tiempo que le aportan una sensibilidad única.
Foto de : Danny Taillon
Decoración minimalista – una serie de bloques desmontables que pueden transformarse en una montaña, una casa, una cama de hospital o incluso un tribunal –utilizado con gran inteligencia, permite que las emociones de los personajes tomen protagonismo.
El sutil e impactante juego de luces acentúa los momentos de tensión y revelación, creando una atmósfera íntima y universal.
Disfraces que lo dicen todo
Es un Dominique Pétin inquietantemente cierto quien interpreta el papel de Nawal, al igual que Todos los Nawals de la historia, de 14 a 65 años. Al situarlo en el centro de la historia, los directores nos cuentan una historia que combina el horror de la guerra y el ciclo inalterable de la violencia con el increíble poder del amor.
Este inolvidable personaje nos transporta directamente al Líbano, entonces desgarrado por la guerra. Esta mujer de luz condenada a la oscuridad está vestida con ropas tradicionales y envuelta en telas con inscripciones escritas en árabe que podemos imaginar cargadas de significado.
Jeanne (Sabrina Bégin-Tejeda) y Simon (Neil Elias), por su parte, siempre van vestidos de forma muy sobria, a menudo vestidos de blanco y negro. Jeanne es una joven talentosa, profesora de matemáticas puras en la universidad. Simon es un boxeador aficionado que traslada todo su enfado hacia su madre dedicándose a un deporte y lanzando insultos que domina a la perfección.
Cuando el notario Hermile Lebel (Denis Bernard) les dice que el último deseo de su madre es que los gemelos se reúnan con su padre y su hermano, las vidas de los dos jóvenes dan un giro total.
Foto de : Danny Taillon
El trabajo del vestuario, muchas veces confeccionado con tejidos vaporosos que dan un aspecto espectral a los personajes femeninos de la historia, es magistral. El uso de telas rojas para simbolizar a su vez fetos, sangre, lágrimas y agua, en una puesta en escena donde priman el blanco y el negro, capta la atención del espectador del mismo modo que la famosa “capa roja” de La lista de Schindler.
El dolor del duelo, la guerra, la muerte y el incesto nunca pasará desapercibido. Nos salta a la vista como la nariz de un payaso en medio de su cara.
Esa nariz de payaso que, además, es lo único que Nawal pudo haberle dejado al niño que le arrebataron cuando aún era una adolescente. Esta nariz roja brillante que la perseguirá hasta el final de su vida.
Un contexto particular
El actual contexto sociopolítico del conflicto palestino-israelí, que se ha extendido al Líbano en los últimos meses, ha tenido un impacto considerable en las elecciones escenográficas de la obra.
A la entrada de los espectadores de Duceppe hay una maravillosa exposición, romper el silenciodestacando el trabajo de una joven artista visual palestina, Bayan Abu Nahla, que utiliza su arte para denunciar la situación política de su país.
Estos dibujos, realizados a lo largo de los dos últimos años en la Franja de Gaza, son absolutamente apasionantes y nos obligan a ver el mundo a través de los ojos de esta brillante joven que, en la actualidad, aún vive en el exilio debido a los conflictos que persisten en su país natal. país.
Foto de : Danny Taillon