El adolescente de 15 años, gravemente herido por un disparo en la cabeza durante un tiroteo el jueves por la noche en Poitiers, murió el sábado 2 de noviembre al mediodía, anunció a la prensa el fiscal de Poitiers, Cyril Lacombe.
La víctima fue hospitalizada en estado de absoluta emergencia, entre la vida y la muerte. Otros cuatro menores de 15 y 16 años resultaron heridos por disparos frente a un restaurante en un barrio de la ciudad. Los investigadores buscan un sospechoso en este caso vinculado al tráfico de drogas, según las autoridades.
Durante un registro en una vivienda que presuntamente ocupaba, se encontraron siete cartuchos del mismo calibre que los 11 encontrados en el lugar del tiroteo, así como “elementos parciales de un arma desmontada”fueron incautados según la fiscalía.
Los hechos tuvieron lugar en el distrito de Couronneries, clasificado como prioridad de la política municipal (QPV).
Según el prefecto de Viena, este distrito alberga “Dos o tres puntos del acuerdo que son importantes y movilizan mucho a la policía nacional a diario” pero quédate “relativamente tranquilo” : “No está en manos de los comerciantes, aunque pueda haber tensiones”subrayó Jean-Marie Girier el viernes.
El jueves por la tarde se produjeron enfrentamientos después de los hechos en los que, según la policía y la fiscalía, participaron unas decenas de personas, mientras que algunos fueron acusados por otros de conocer al tirador.
“Discursos marciales”
En una entrevista matutina del viernes en BFM-TV/RMC, el Ministro del Interior, Bruno Retailleau, sembró la confusión al afirmar falsamente que el tiroteo había sido seguido por un “Pelea entre bandas rivales en la que participaron varios cientos de personas”, “400 a 600 personas”, de acuerdo a “un informe del prefecto”.
La alcaldesa ecologista de Poitiers, Léonore Moncond’huy, deploró el viernes “un episodio sin precedentes” en la historia de esta localidad de unos 90.000 habitantes, que según ella “da testimonio de una evolución bastante grave de la sociedad”pidiendo más recursos de seguridad sobre el terreno.
El concejal también lamenta “la brecha entre los discursos marciales del gobierno y la realidad de los medios disponibles sobre el terreno”. Como prueba, señala la comisaría de policía de la plaza de Coimbra, que fue quemada durante los disturbios urbanos de 2023 y que aún hoy permanece carbonizada. Las obras, cuyo inicio se retrasó, según la prefectura, por el tiempo necesario para el diagnóstico y la adjudicación de los contratos públicos, deberán comenzar este mes.
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