Los fabricantes y traficantes de armas de los Balcanes se han beneficiado de la guerra en Ucrania, como lo confirman las cifras. Desde 2022, las exportaciones de armas de Serbia se han cuadruplicado, alcanzando unos 800 millones de euros. Durante los primeros cuatro meses de este año, Bosnia y Herzegovina exportó casi el doble de armas de fuego y municiones que durante el mismo período del año pasado.
“La producción y venta de armas está en auge en los Balcanes” subraya Jasmin Mujanovic, politóloga asociada al grupo de expertos New Lines Institute. Numerosos pedidos de Ucrania han reactivado fábricas de municiones serbias y bosnias que hasta hace poco estaban amenazadas de quiebra.
Durante la Guerra Fría, Yugoslavia fue un importante productor de armas, con una próspera industria armamentista. Una de las empresas más grandes, Igman, estaba ubicada en Bosnia y Herzegovina, en Konjic. Tras la desintegración de Yugoslavia, Serbia concentró la producción de municiones en la fábrica de Prvi Partizan en Uzice, al oeste del país. Estas empresas y muchas otras han experimentado un nuevo auge en los últimos años.
Ucrania y sus aliados compran voluntariamente municiones y equipo militar.
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