Al cambiar la fecha a 2023, justo entre el Rolex Paris Masters y el Turín Masters, Julien Boutter sabía muy bien que era un arma de doble filo. El director del Moselle Open se comió el pan negro el año pasado con nada menos que quince retiradas. Este año las cosas bien podrían ser diferentes. Para qué ? Porque la carrera por el prestigioso torneo que reúne a los ocho mejores jugadores del año continúa y aún no ha emitido su veredicto. Sólo quedan cinco para tener su billete para Piamonte: el italiano Jannik Sinner, el español Carlos Alcaraz, el ruso Daniil Medvedev, el alemán Alexander Zverev y el estadounidense Taylor Fritz. Detrás están el serbio Novak Djokovic, que aún no ha anunciado o no su retirada, el noruego Casper Ruud, el australiano Alex de Miñaur y el ruso Andrey Rublev, que se encuentran en una situación difícil.
Un maldito jugador, pero no sólo
Este martes por la tarde, Julien Boutter tuvo que seguir con un poco más de atención el partido entre el argentino Francisco Cerundolo y Andrey Rublev en Bercy, el segundo perdiendo tras dos feroces lanzamientos decisivos (7/6 7/ 6). Porque en el proceso obtuvo la confirmación de que quien alcanzara los cuartos de final en los cuatro torneos del Grand Slam pasaría por el Mosela si necesitara puntos adicionales para el Masters de Turín. El golpe es real porque el actual séptimo jugador del mundo es tan conocido por su habilidad con la raqueta en mano como por sus rabietas y sus gritos de rabia. ¿Un ejemplo? Hace once meses atacó a un fotógrafo que se movía demasiado para su gusto durante la final perdida del Masters 1.000 de Shanghai (Pekín). “Sí, es optimista, pero también es un tipo entrañable e increíblemente amable”, afirmó el ex jugador número 46 del mundo en la cima de su carrera.
Ganador de dos torneos en 2024, el Masters 1000 de Madrid (España) y el ATP 250 de Hong Kong, el ruso de 27 años llegará por primera vez en su carrera al Moselle Open y, con toda seguridad, estar allí. ‘una de las atracciones.
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