Una nueva polémica sacude a la coalición gubernamental israelí en torno a la exención militar de los ultraortodoxos. La ministra de Finanzas, Betsalel Smotrich, criticó duramente el ultimátum del ministro de Vivienda, Goldknopf, que exige la aprobación de la ley de exención militar antes de la votación del presupuesto.
“Es inaceptable que a Israel le falten soldados mientras los líderes del sector ultraortodoxo se quedan de brazos cruzados”, afirmó Smotrich en una reunión de su partido. También destacó el precio desproporcionado pagado por el sionismo religioso en este conflicto, citando en particular el sacrificio de muchos estudiantes de la ieshivá que “dejaron atrás a decenas de huérfanos”.
El líder de la oposición, Yaïr Lapid, acusó por su parte al Gobierno de favorecer “una ley de deserción” en lugar de la devolución de los rehenes. Benny Gantz, líder del partido Mamlakhti, pidió la adopción urgente de un marco de servicio nacional y calificó de “inconcebible” la continuación de las negociaciones políticas habituales en tiempos de guerra.
En un contexto en el que muchos reservistas inician su tercera o cuarta rotación, la cuestión del servicio militar de los ultraortodoxos cristaliza las tensiones en el seno de la sociedad israelí.
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