El peso del sueño georgiano
Encuestas recientes indican que una alianza sin precedentes de grupos de oposición podría derrotar al Sueño Georgiano, el partido conservador del multimillonario Bidzina Ivanishvili, que mueve los hilos del poder en esta antigua república soviética desde las sombras del Cáucaso de cuatro millones de habitantes.
Entre el cuarteto de partidos de oposición afectados se encuentra el Movimiento Nacional Unido del ex presidente encarcelado Mikheil Saakashvili, enemigo jurado de Bidzina Ivanishvili. Pero el resultado de la votación sigue siendo difícil de predecir, ya que muchos encuestados dijeron que estaban indecisos o se negaron a dar su preferencia.
Se trata de una votación proporcional para la renovación de los 150 escaños del parlamento. Estará bajo la vigilancia de observadores de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE).
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La esperanza del presidente proeuropeo
“Esta noche será una victoria para toda Georgia”, esperó la presidenta proeuropea Salomé Zourabichvili, rompiendo con el Gobierno, después de introducir su voto en las urnas. “Este día determinará el futuro del país, un futuro por el cual regresé personalmente a Georgia hace 22 años”, añadió esta hija de emigrantes georgianos nacida en París, donde sus padres habían huido de la anexión de Georgia por Rusia en 1921.
Bruselas advirtió que el resultado de la votación determinaría las posibilidades de entrada de Georgia en la UE, que ha consagrado esta aspiración en su Constitución.
“Si el partido gobernante intenta permanecer en el poder independientemente del resultado electoral, existe el riesgo de que se produzcan disturbios postelectorales”, advierte la experta Gela Vasadze, del Centro de Análisis Estratégico de Georgia.
En caso de victoria, la alianza opositora ha prometido reformas electorales y judiciales y la derogación de leyes criticadas recientemente promulgadas. Planea formar un gobierno de coalición, aprobar estas reformas y luego organizar una nueva elección dentro de un año para reflejar mejor la voluntad de los votantes.
El riesgo del autoritarismo
Este país, considerado durante mucho tiempo una burbuja democrática en la antigua URSS, se ve sacudido periódicamente por manifestaciones.
El Sueño Georgiano, en el poder desde 2012, es acusado de haber entrado en una espiral hacia el establecimiento de un régimen autoritario prorruso y de distanciar a Georgia de la Unión Europea y de la OTAN, a las que también aspira a unirse. Algunos de sus líderes son muy críticos con Occidente. Bidzina Ivanishvili lo llamó un “partido de guerra global”, que trataría a Georgia, su víctima, como “carne de cañón”.
Dos regiones separatistas
Esta antigua república soviética que bordea el Mar Negro sigue muy marcada por una breve guerra en 2008 con el ejército ruso. Al concluir, Rusia instaló bases militares en dos regiones separatistas de Georgia, Abjasia y Osetia del Sur, cuya independencia proclamada unilateralmente reconoció.
En este contexto, el partido gobernante hizo campaña presentándose como el único capaz de impedir una supuesta “ucranización” de Georgia. El gobierno dice que quiere obtener tres cuartas partes de los escaños del parlamento, lo que le permitiría modificar la Constitución y, según su plan, prohibir los partidos de oposición prooccidentales.
Una demostración de fuerza el miércoles
El gobierno llevó el miércoles por la tarde en autobús a decenas de miles de sus partidarios, incluidos funcionarios públicos, de todo el país para una manifestación en el centro de la capital, Tiflis.
En esta ocasión, el primer ministro Irakli Kobakhidze aseguró que quería la integración en la UE, al tiempo que acusó a los líderes europeos de “injusticia”, “rechazo de los dogmas cristianos” y “falta de respeto a otras soberanías”.
El domingo, decenas de miles de georgianos proeuropeos, en particular jóvenes, se manifestaron en Tbilisi.
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Leyes criticadas
Georgia se vio sacudida en mayo por grandes protestas contra una ley de “influencia extranjera”, inspirada en la legislación rusa sobre “agentes extranjeros” utilizada para aplastar a la sociedad civil.
Posteriormente, Bruselas congeló el proceso de adhesión de Georgia a la UE y Estados Unidos impuso sanciones a funcionarios georgianos. Tbilisi respondió amenazando con “revisar” sus relaciones diplomáticas con Washington.
Otra causa de tensiones con los occidentales: la reciente promulgación de una ley que restringe severamente los derechos de las personas LGBT+ en Georgia, un país de tradición cristiana ortodoxa donde la hostilidad hacia las minorías sexuales sigue siendo fuerte.
Rusia habla de “injerencia” de Occidente
El Kremlin, por su parte, denunció el viernes intentos de “injerencia” de los occidentales en las elecciones legislativas. “Están tratando de torcer el brazo a Tbilisi, de imponer sus condiciones”, dijo el portavoz presidencial, Dmitry Peskov.
Rusia sigue siendo un actor histórico en el Cáucaso. Bidzina Ivanishvili hizo allí su fortuna tras la caída de la URSS.