Tras conseguir la organización de la fase final de la Basketball Africa League o del campeonato mundial de ciclismo en ruta, que tendrá lugar en 2025, Ruanda busca dar otro gran golpe.
Y es en la Fórmula 1 donde Paul Kagame ha puesto su mirada desde su visita al Gran Premio de Singapur en 2022.
“El interés de Ruanda en la Fórmula 1 es parte de nuestra estrategia para aprovechar el deporte para lograr un impacto transformador.“, declaró la portavoz del Gobierno ruandés, Yolande Makolo, en respuesta a los rumores sobre el tema.
Si la idea de acoger un Gran Premio puede parecer extraña, ya que Ruanda ni siquiera dispone de un circuito automovilístico homologado, las señales enviadas por el mundo de la F1 siguen siendo muy positivas.
Stefano Domenicali, director ejecutivo de la F1, describió la propuesta de Ruanda como “grave“Tanto es así que el órgano rector de la FIA organizará su asamblea general anual y la entrega de estos premios en Kigali, el próximo diciembre.
Kigali se inspira en los países del Golfo
Esta entrada en el mundo de la F1 es sólo un nuevo ejemplo de la muy ambiciosa política de Paul Kagame en términos deportivos. El Jefe de Estado se siente abiertamente inspirado por la política seguida desde hace tres décadas por los Estados del Golfo para restaurar su imagen.
Al igual que los países de la Península Arábiga, Paul Kagame también se ha acercado a Gianni Infantino, el muy controvertido presidente de la FIFA. El organismo rector del fútbol mundial incluso ha abierto una oficina en la capital.
Para Clémentine de Montjoye, representante de Humans Right Watch, es evidente que Paul Kagame utiliza, como otros antes que él, el deporte como arma de comunicación y que los socios del país deben abrir los ojos respecto “las violaciones masivas de derechos humanos cometidas en Kigali“.
Pero el mundo del deporte tiende a mantener los ojos cerrados ante estos temas, como lo demuestra, por ejemplo, la organización de los últimos Mundiales en Rusia y Qatar. Ruanda lo sabe y lo aprovecha.