¿A qué sello deberías recurrir?

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Etiqueta ISR: una etiqueta general

Con más de 1.200 fondos etiquetados en octubre de 2024, que representan alrededor de 820 mil millones de euros en activos, el etiqueta ISR es hoy la principal etiqueta de finanzas verdes en Francia. Lanzado en 2016 por el Ministerio de Economía, distingue fondos que integran Criterios ASG (ambiental, social y de gobernanza) en su estrategia de inversión. La etiqueta ISR tiene la particularidad de ser general, ya que requiere una consideración aproximadamente equilibrada de las tres dimensiones E, S y G.

En concreto, los fondos denominados ISR deben cumplir criterios agrupados en torno a seis pilares principales. En particular, las sociedades gestoras deben establecer objetivos ESG claros, implementar una metodología de análisis sólida e integrar estos análisis en la gestión de sus carteras. También están obligados a formalizar su política de compromiso ESG y proporcionar indicadores mensurables para evaluar el progreso realizado, con el fin de informar sobre el “logro de los objetivos establecidos para los inversores”.

En 2024, la etiqueta ISR se reformó para volverse más exigente. Este desarrollo incluye una selectividad mayor número de fondos candidatos, que ahora deben excluir de su universo al 30% de las empresas con las calificaciones ESG más bajas, frente al 20% anterior. Del exclusiones sectoriales También se introdujeron, en particular en lo que respecta al tabaco, a las armas controvertidas, pero también a las empresas que explotan carbón o hidrocarburos no convencionales y a las que lanzan nuevos proyectos de exploración, explotación o refinación de hidrocarburos (petróleo o gas).

Etiqueta Greenfin: una atención al medio ambiente

Creado en 2015 por el Ministerio de Transición Ecológica, el etiqueta verde es el otro gran sello estatal francés. Su objetivo es “movilizar parte del ahorro privado en beneficio de transición energética y ecológica“, distinguiendo los productos financieros que contribuyen a la lucha contra el cambio climático respetando los criterios medioambientales, sociales y de gobernanza (ESG).

Concretamente, el estándar de etiqueta Greenfin define ocho categorías de “ecoactividades“, es decir, “entrar en el ámbito de la transición energética y ecológica y de la lucha contra el cambio climático”, elegibles para financiación de los fondos candidatos: energías renovables, edificios verdes, transporte limpio, agricultura y silvicultura sostenibles, control de la contaminación y gestión de residuos. industria innovadora, tecnologías de la información y las comunicaciones, y adaptación al cambio climático.

Además, los fondos con la etiqueta Greenfin no pueden financiar empresas vinculadas al sector de extracción, procesamiento y transporte. combustibles fósiles (petróleo, carbón y gas), ni los involucrados en controversias sociales o éticas. Cabe señalar que desde 2024, la etiqueta incluye actividades económicas vinculadas a la energía nuclear, anteriormente excluidas. En términos de transparencia, los fondos deben medir la “contribución efectiva de sus inversiones a la transición energética y ecológica”, en particular mediante indicadores de impacto precisos.

Sello Finansol: proyectos con fuerte impacto social

Para los ahorradores que deseen contribuir a la financiación de actividades que tengan un impacto social significativo, el etiqueta Finansol representa una opción preferida. Creada en 1997, esta etiqueta se concede a productos de ahorro que financian proyectos de fuerte utilidad social o medioambiental, como la integración a través del trabajo, la vivienda social o incluso el acceso a la energía para las poblaciones más vulnerables.

Los productos etiquetados Finansol pueden funcionar según dos mecanismos principales (que pueden coexistir dentro de un mismo producto):

-Parte o la totalidad del ahorro recaudado se invierte directamente en actividades y proyectos solidarios: hablamos entonces de productos de inversión solidaria ;

-El ahorrador paga periódicamente al menos el 25% de los intereses o del rendimiento del producto en forma de donación a asociaciones: entonces hablamos de compartir productos.

Al mismo tiempo, los productos etiquetados Finansol se comprometen, en particular, a “mantener a disposición de los abonados, ahorradores y redes de distribución toda la información sobre la inversión etiquetada”, y a “informar completamente a los ahorradores sobre el carácter solidario del producto en el momento de su suscripción y, posteriormente, en anualmente”. A finales de 2024, más de 180 productos de ahorro cuentan con el sello Finansol.

A saber

Las etiquetas de finanzas verdes pueden ser herramientas valiosas para guiar a los ahorradores hacia inversiones más sostenibles, pero es importante comprender plenamente sus especificidades para elegir los productos que mejor se adapten a sus expectativas.

Más allá de las etiquetas, también es interesante conocer por uno mismo las estrategias desplegadas por los distintos fondos en materia deinversión sostenibleporque dos fondos etiquetados a veces pueden tener enfoques muy diferentes. En particular, los documentos informativos de los fondos contienen información útil para comprender mejor su composición y sus compromisos reales.

Finalmente, es importante entender que las etiquetas de ninguna manera garantizan la desempeño financiero productos. Por tanto, sigue siendo fundamental definir claramente su perfil de inversor e incluso recibir apoyo antes de empezar.

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