Tras las carreteras de Kenia o el infierno de Sing Sing, Ted Conover, gran figura del periodismo inmersivo, echa anclas en un rincón perdido de Colorado.
Por Didier Jacob
Publicado en 28 de abril de 2024 a las 16:30 horas.
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Es su primera noche en la caravana. Ted lo compró por poco dinero y lo estacionó en un rincón remoto de Colorado, el Valle de San Luis. No tiene todo el confort, ni mucho menos, pero la chapa de la casa móvil al menos la protegerá de los coyotes hambrientos, del legendario puma, de las ráfagas de viento helado y de desencadenar locos que pueblan esta inmensa y olvidada zona de Estados Unidos. Allí se queda dormido. Falta olla, se apaga la calefacción. En el interior la temperatura es de –20°C. Quizás – 30°C afuera.
Pero lo peor está aún por llegar. Por la mañana, con la condensación, se heló en el habitáculo. Imposible salir porque la puerta está bloqueada. Por supuesto, Conover ha visto otros. Pasó un año en Sing Sing donde lo contrataron como guardia para escribir un libro sobre la prisión. Recorrió los Estados Unidos con vagabundos modernos en trenes de carga, sólo para recuperarse y poder contar la historia. Compartió durante varios…