Expresando su cercanía a las víctimas de las inundaciones, el arzobispo católico camerunés declara: “No podemos contentarnos con lamentar la suerte de un pueblo que ya vivía en condiciones bastante modestas y que fue literalmente despojado de su dignidad humana”.
“Como hijos e hijas del único cuerpo místico de Cristo, por la presente pido que todos hagamos algo para ayudar a nuestros hermanos que sufren”, añade.
El arzobispo de Bamenda, que también es presidente de la Conferencia Episcopal Nacional de Camerún (NECC), solicita que todos los ingresos de la segunda colecta se envíen a la oficina de finanzas de la arquidiócesis antes del 12 de octubre.
Además de la colecta del 6 de octubre, el arzobispo Nkea pidió al secretario de Educación Católica de la archidiócesis de Bamenda que facilitara una colecta similar en el mes de octubre entre los escolares de su sede metropolitana.
Según el arzobispo, las escuelas de la región han sido destruidas por las inundaciones y los niños no pueden ir a la escuela. “A su propio nivel, los niños también deben acudir en ayuda de sus hermanos y hermanas desamparados”, afirma el arzobispo Nkea.
Explica que las fuertes lluvias que cayeron en la región del Extremo Norte de Camerún alcanzaron su punto máximo el 28 de agosto, provocando la rotura de los diques de retención de agua en la división Mayo-Danay.
Esta ruptura provocó la inundación de las aldeas circundantes pertenecientes a las divisiones Logone y Chari.
“Los informes nos dicen que no sólo se han destruido tierras e infraestructuras agrícolas, como el puente sobre el río Danay, y se han interrumpido los servicios esenciales y la educación a medida que los campus escolares se han inundado, sino, lo que es más importante, que más de una docena de personas perdieron la vida y alrededor de Dos mil personas quedaron sin hogar como resultado de este desastre”, afirmó Mons. Nkea.
Anteriormente, Mons. Samuel Kleda, de la archidiócesis católica de Douala, en Camerún, había lanzado un llamamiento para solicitar donaciones para las víctimas de las inundaciones.
En una declaración publicada el 24 de septiembre, el Arzobispo Kleda reafirmó la larga tradición de la Iglesia Católica de ayudar a los necesitados.
