Los médicos de la megaciudad india de Calcuta anunciaron el martes la reanudación de su huelga para exigir medidas de seguridad tras el asesinato y la violación en agosto de una joven interna, que provocó una ola de indignación en todo el país.
Tan pronto como el cuerpo de esta mujer de 31 años fue descubierto el 9 de agosto en el hospital de Calcuta donde estaba de guardia, los internos pararon su trabajo y comenzaron negociaciones con las autoridades locales para obtener garantías sobre su seguridad.
Después de un mes de protestas, hace menos de dos semanas volvieron a trabajar, especialmente en los servicios de emergencia de la ciudad.
“El gobierno del estado [du Bengale occidental] “No nos garantizaron la seguridad en nuestros lugares de trabajo”, explicó a la AFP un portavoz del sindicato de pasantes, Aniket Mahato, para justificar la reanudación del movimiento.
Mahato citó en particular promesas incumplidas en relación con las cámaras de videovigilancia y prometió que los huelguistas volverían a las calles el martes por la noche para exigir estas mejoras.
Miles de indios se manifestaron casi a diario junto a ellos en Calcuta durante varias semanas para apoyar a los internados.
El crimen de Calcuta ha reavivado en la India el amargo recuerdo del que sufrió una joven en un autobús de Nueva Delhi en 2012.
Un sospechoso del asesinato y violación del médico ha sido detenido, pero la actitud de las autoridades locales y el desarrollo de la investigación son objeto de fuertes críticas.
El jefe de policía y varios funcionarios del servicio sanitario regional fueron destituidos de sus cargos.