Las donaciones recaudadas por la candidata demócrata Kamala Harris superan en decenas de millones de dólares a las de Donald Trump. ¿Tendrá esto algún impacto durante las elecciones de principios de noviembre?
En los últimos 15 años, el financiamiento de campañas en los Estados Unidos ha experimentado muchos cambios, en particular gracias a la decisión de la Corte Suprema de 2010, Ciudadanos Unidos contra Comisión Federal Electoral. Esto permitió a las corporaciones financiar campañas con donaciones considerables, lo que generó temores entre los demócratas de que los republicanos proempresariales salieran favorecidos. Barack Obama también declaró que “las elecciones estadounidenses [ne] debe [pas] ser financiado por los intereses más poderosos de Estados Unidos”, antes de ser reelegido superando a Mitt Romney en términos de financiación. Una ventaja financiera que ha seguido favoreciendo a los demócratas, ya sea desde las campañas de Hillary Clinton o Joe Biden, y ahora la de Kamala Harris.
¿Una ventaja en las próximas elecciones?
Una vez más, los demócratas superan con creces a los republicanos en términos de financiación: Kamala Harris recaudó 190 millones de dólares frente a los 45 millones de dólares de Trump en agosto, según la Comisión Federal Electoral. Por tanto, su campaña dispone de 235 millones de dólares de liquidez, frente a los 135 millones de dólares de Donald Trump. Sin embargo, El economista predice una doble toma en esta carrera electoral, a pesar de que el gasto de Trump sea menor de lo esperado. Donantes cautelosos para Trump, en particular por la elección de J.-D. Vance como compañero de fórmula: “Miro con celos a mis amigos demócratas que pueden pedirle dinero a cualquiera que conozcan para Harris”, dijo un importante donante de Trump.
Un aumento de pequeños donantes
Si la campaña electoral vale miles de millones de dólares, cualquier gasto después del 5 de noviembre es inútil. Así, el Comité Nacional Demócrata y el equipo de Kamala Harris emplean a más de 1.200 personas: en el mes de agosto gastaron 4,9 millones de dólares en salarios. Los viajes aéreos superaron los 6 millones de dólares, cifras insignificantes en comparación con el presupuesto publicitario: 135 millones de dólares para el mismo período. El equipo de Trump invirtió casi 1.400 millones de dólares en publicidad, de los cuales 1.100 millones se asignaron a los siete estados clave. Para Lynn Vavreck, investigadora de la Universidad de California en Los Ángeles, el efecto de la publicidad fue demasiado débil durante las elecciones de 2020 y parece volver a ser débil este año. Pero la fuerza de los demócratas es, sobre todo, haber aumentado el número de pequeños donantes, es decir aquellos que aportan menos de 200 dólares. Un argumento que Donald Trump entendió al pedir que se pagaran “15 dólares” el 24 de septiembre: “Sé que 15 dólares pueden representar un gran sacrificio. Pero tenemos que ir a por ello. […] especialmente cuando nuestro país está gobernado por COMUNISTAS”. Durante los intentos de asesinato contra Donald Trump se observaron picos en pequeñas contribuciones, aunque estas pequeñas donaciones no garantizan el éxito electoral.