Desde hace más de 40 años, Flagnac se transforma cada verano en teatro. La historia sale de los libros y cobra vida ante los ojos de unos 3.000 espectadores cada noche. Christian Roques es el presidente de la asociación.
¿Cómo surgió la idea de crear este espectáculo?
Soy de aquí y me encanta la historia de mi pueblo. Pero lo que dio inicio a la aventura fue mi estancia en Puy du Fou. Toda esta puesta en escena y producción me cautivó hasta el punto de querer hacer algo con ella. Quería dar a conocer la historia de nuestra región y la tradición de la fiesta del pueblo de una manera más grandiosa.
¿Por qué elegiste la década de 1930 para la actuación?
Elegimos estos años porque ahí están nuestras raíces. El origen de nuestra fiesta votiva se remonta a los años 30. Siempre he participado en el festival con el comité de fiestas y ahora gracias a “Hier un village”. Queremos mostrar la vida sencilla pero llena de giros y vueltas que nos contaban nuestros antepasados. Al principio, era solo una forma de conocer al público de Flagnacois. Luego creció hasta convertirse en el espectáculo que conocemos hoy.
¿Cuánto trabajo representa un espectáculo de esta magnitud?
Este espectáculo cuenta con 250 personas que se reparten los diferentes papeles y escenas. Cabe destacar que los actores son voluntarios y la mayoría viven en el pueblo. Realmente es un proyecto compartido por todos y se implican muchos jóvenes. En cuanto a los decorados, una vez más los voluntarios se encargaron de construirlos y la parte técnica corre parcialmente a cargo de nosotros. Algunos se han encargado de ello tras conocer el entorno del espectáculo. Empezamos los ensayos bastante tarde, podríamos decir, hacia marzo para el mes de agosto, pero es más que suficiente y el resultado está muy presente.
