Radicalización de Gabriel Attal: ¡quiere destruir la juventud!

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Gabriel Attal logró alienar a toda la comunidad educativa en tan sólo unos meses con su reforma de clasificación social, el Choque del Conocimiento. Mientras el personal exige medios reales para que las escuelas públicas garanticen reposiciones, para garantizar una verdadera escuela inclusiva y un verdadero apoyo médico-social a los estudiantes, pero también para reducir el número de alumnos por clase para el éxito de todos, Attal ha optado por imponer medidas que clasificar a los estudiantes, que sancionan las dificultades académicas y que despojan a los profesores de su profesión.

La escuela es para Gabriel Attal un tema mediático que le permite dirigirse al electorado de extrema derecha. Sin embargo, el Primer Ministro juega con el destino de millones de estudiantes.

Los anuncios de hoy son particularmente alarmantes y ponen en peligro nuestra democracia: el Estado renuncia a proteger a los jóvenes y a garantizarles la igualdad de trato, trabaja para criminalizarlos para hacerlos dóciles, en la continuidad de la aplicación del SNU. Attal sabe que la juventud es una fuerza de transformación social, por eso está dispuesto a romper con los valores de nuestra democracia para desmoralizarla, humillarla, quebrarla. Sin embargo, los jóvenes no son violentos ni incontrolables, están sujetos a la violencia social que hoy impone el gobierno.

Attal anunció una serie de medidas que afectan a la escuela y que sancionan a los estudiantes, incluida la retirada de puntos en el certificado o en el bachillerato con mención en Parcoursup en caso de hechos disciplinarios ocurridos durante la escolarización del estudiante y la introducción de la realización de actividades de interés general dentro del establecimiento escolar para borrar la mención y recuperar los puntos. Estas disposiciones son verdaderas violaciones del principio de igualdad de los candidatos a un examen nacional: Attal va más allá de la muy controvertida nota sobre la vida escolar, ya que los estudiantes serán doblemente sancionados: primero por la vía disciplinaria y luego en el acceso a los diplomas y a la orientación elegida. . Esta sanción no tiene significado educativo y contraviene el papel del servicio público de educación, que debe ayudar a los estudiantes a superar sus dificultades, no obligarlos a ellas.

Estas medidas dirigidas a los exámenes y al Parcoursup se basan en el fortalecimiento de un arsenal judicial que contrasta con las disposiciones de la Corte Internacional de los Derechos del Niño que estipulan que su interés superior es una consideración primordial para todos. El Estado les debe protección, independientemente de los actos cometidos. SUD Education denuncia todas las medidas que violan los derechos de los menores: el cuestionamiento de la excusa de minoría de edad, la reducción de la edad de 18 a 16 años para el establecimiento de una comparecencia inmediata ante el tribunal, las medidas de composición penal que permitirían la aplicación de una sanción sin juicio contra un menor mayor de 13 años, comparecencias inmediatas para jóvenes identificados en los colegios como “comenzando a alejarse”. El lugar de los menores es en la escuela y no en el banquillo de los tribunales.

Para encubrir sus inicuas y peligrosas medidas, Attal entrega una serie de disposiciones que sólo parecen republicanas. Por ejemplo, pretende reforzar los equipos de “valores de la República” en las escuelas y crear un contrato de compromiso para respetar la autoridad y los valores de la República entre padres, centros y alumnos: Gabriel Attal reinventa así el sistema interno. regulaciones que ya existen. La política seguida por el Primer Ministro tiende a hacer creer que la escuela se vería amenazada por estudiantes que no respetan el laicismo y los valores de la República. Sin embargo, en enero de 2024, sólo se produjeron 280 actos de violación del principio de laicidad, a pesar de que la escuela acoge a 12 millones de estudiantes cada día. Gabriel Attal convierte los acontecimientos raros en una máxima prioridad política con el único objetivo de seducir al electorado de extrema derecha y crear una sensación de miedo en la sociedad. Sin necesidad de nombrarlos, el Primer Ministro señala en su discurso a los pobres, a los inmigrantes, a las personas racializadas y a las personas que son musulmanas o que se cree que son musulmanas. SUD Education denuncia el racismo y la islamofobia que subyacen a estos anuncios.

Sin embargo, hay que recordar que el Estado es el principal responsable de la inseguridad en las escuelas y establecimientos educativos, ya que no implementa los medios para garantizar la seguridad de los estudiantes y del personal: la escuela carece de personal capacitado para la vida escolar, personal médico-social, profesores. … los estudiantes no reciben suficiente apoyo y protección en su escolarización. 3.000 niños duermen en la calle, 160.000 niños son víctimas de violencia sexual cada año, el 10% de los estudiantes son víctimas de acoso escolar, los jóvenes alojados en familias de acogida tienen la mitad de posibilidades de obtener el bachillerato: las respuestas no deben ser represivas sino educativas y sociales. El Ministerio de Educación Nacional sigue negando a los asistentes de los servicios sociales los aumentos salariales necesarios para recuperar el atractivo y contratar a este personal del que tanto carece la escuela.

Contra el sueño de Attal de una juventud dócil y sujeta al SNU que luchamos, la Educación SUD llama al personal a defender paso a paso los derechos de los estudiantes. ¡Los jóvenes tienen derecho a la democracia, al respeto y a ser protegidos en la escuela y en otros lugares!

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