Los detalles de este caso, que hasta entonces había pasado relativamente desapercibido en el Reino Unido, trascendieron durante la presentación de los cargos contra los acusados ante el tribunal de Teesside, en Middlesbrough (noreste de Inglaterra).
Acusado de asesinato e intento de asesinato de carácter terrorista, el acusado Alid Ahmed se declara inocente.
Se le acusa de intentar matar a su compañero de piso, que entonces tenía 31 años, en las primeras horas del 15 de octubre del año pasado, y luego de matar a un pensionista de 70 años en el centro de la ciudad de Hartlepool.
Según el fiscal Jonathan Sandiford, el acusado iba armado con dos cuchillos cuando apuñaló a su compañero de habitación en el pecho mientras gritaba “Allah Akbar”, antes de atacar al pensionista media hora más tarde, que paseaba por el centro de la ciudad.
Pensó que los había matado y dijo a la policía “quería matarlos a ambos debido al conflicto en Gaza”, añadiendo “que Palestina debería ser liberada de los sionistas”, término que utilizó para designar a Israel, afirmó el fiscal.
“El acusado dijo que habría matado a más personas si hubiera podido”, añadió Sandiford. “Ellos mataron a niños y yo maté a un anciano”, dijo el acusado, explicando que estaba listo para el martirio.
Inicialmente pensó que su compañero de cuarto era musulmán antes de enterarse de que se había convertido al cristianismo, lo que lo enfureció.
Según sus compañeros de habitación, solicitantes de asilo como él, Ali Ahmed tenía una visión extrema del Islam, siguió de cerca la cobertura mediática de los ataques de Hamás contra Israel el 7 de octubre y había empezado a portar un cuchillo.
Los ataques perpetrados por el movimiento islamista palestino dejaron 1.170 muertos, en su mayoría civiles, según un recuento de la AFP basado en datos oficiales israelíes. Las represalias de Israel provocaron más de 33.500 muertes, según el Ministerio de Salud de Hamás.
