A pocas horas del inicio de la final de la Supercopa de España entre Real Madrid y FC Barcelona, las informaciones de nuestros vecinos ibéricos evocan el atormentado estado de ánimo de Endrick. El brasileño ya no se siente muy feliz.
Durante el mercado de fichajes de verano de 2024, el Real Madrid finalmente logró hacerse con Kylian Mbappé, poniendo así fin a uno de los culebrones más interminables del fútbol moderno. Su fichaje fue lógicamente bien recibido por la inmensa mayoría de aficionados y observadores del club con múltiples títulos de Liga de Campeones. Para Endrick, sin embargo, la presencia de Mbappé en la plantilla no es necesariamente algo bueno para su situación personal. Mientras entrena con los que mejor le convienen, el brasileño lucha por dejar su huella. El exjugador del Palmeiras no logra aprovechar los pocos minutos de juego que le concede Carlo Ancelotti. Una situación que preocupa a Rodrygo, su compatriota, que ve en él una forma de depresión.
Endrick, depresión total
Según información de Don Balón, el contexto que atraviesa Endrick le resulta especialmente difícil de superar. La moral del brasileño está actualmente en su punto más bajo. Se encuentra, por tanto, en un círculo vicioso: al carecer de confianza, no consigue ser decisivo cuando tiene tiempo de juego, por lo que Carlo Ancelotti le da cada vez menos. Antes del último partido de Copa del Rey a principios de enero, tuvimos que remontarnos al 2 de octubre de 2024 para encontrar huellas de un partido en el que disputó más de 45 minutos. En La Liga esta temporada sólo ha disputado 82 minutos en 12 apariciones, o apenas 7 minutos de juego por partido. Una situación que mina completamente su moral.
Pese al apoyo incondicional de Rodrygo, conmovido por la situación actual de su amigo, Endrick aún no se ha ganado la confianza de Carlo Ancelotti. Ya ni siquiera espera poder jugar unos minutos en la próxima final de la Supercopa de España. Comienzos complicados, pero no sería el primero al que le costaría encontrar su sitio al llegar a Casa Blanca.