El último Clásico dejó huella en el Real Madrid y Kylian Mbappé no se libró. Durante la dura derrota por 0-4 de octubre, el francés quedó atrapado ocho veces por la avanzada defensa del FC Barcelona, una estrategia orquestada por Cubarsí e Iñigo Martínez. Noche oscura para el delantero madridista, dos de los cuales fueron anulados por fuera de juego. Pero desde este revés, el delantero francés parece haber tomado conciencia de los ajustes necesarios. En el entrenamiento, Carlo Ancelotti insistió en la importancia de la coordinación entre pases y llamadas en profundidad, clave ante la defensa azulgrana situada muy arriba, según explicaron los medios Alivio.
Mbappé tuvo que reaccionar
Desde este episodio, el francés ha recuperado color y ha encontrado un papel más activo, especialmente en la presión defensiva, un punto negro observado tras el Clásico. Su esfuerzo, combinado con una mayor cohesión defensiva del Real Madrid, le permite afrontar el próximo enfrentamiento con intenciones claras: borrar la humillación y demostrar que puede ser decisivo en los encuentros importantes. En el vestuario, el deseo de venganza es palpable. “Esta derrota nos empujó a convertirnos en el equipo que somos hoy”, dijo Valverde. Mbappé, más que nunca, lleva esta misión sobre sus hombros.
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¡Una derrota que llevó al francés a cuestionarse!