Una espectacular onda de choque arrasó el espacio, provocada por la colisión de cinco galaxias dentro del Quinteto de Stephan, un grupo galáctico ubicado a casi 290 millones de años luz de la Tierra. Este fenómeno, observado por un equipo de astrónomos británicos, revela las fuerzas cósmicas que intervienen durante estas interacciones galácticas, capaces de provocar efectos notables incluso en nuestro planeta.
El evento fue catalizado por la galaxia NGC 7318b, que se movía a una impresionante velocidad de 3,2 millones de kilómetros por hora. Al chocar con las otras cuatro galaxias que componen el Quinteto de Stephan, esta colisión liberó una onda de choque de una intensidad comparable a la de un avión a reacción. Según el estudio publicado en el Avisos mensuales de la Royal Astronomical Societyel impacto encendió el plasma y los gases presentes en la zona de colisión, creando un campo de desechos espaciales donde toman forma nuevos fenómenos astrofísicos.
Este tipo de colisión galáctica es mucho más que un simple evento destructivo. De hecho, el impacto provocado por NGC 7318b desencadenó un proceso importante en la formación de estrellas, un fenómeno que Marina Arnaudova, astrofísica de la Universidad de Hertfordshire, describe como un catalizador en la génesis de nuevas estrellas. Más allá del ruido creado por esta onda, la interacción entre galaxias podría marcar el inicio del nacimiento de nuevas estructuras estelares dentro de esta región del universo.
Las implicaciones de este descubrimiento van más allá del estudio de esta onda de choque. Ofrecen una mejor comprensión de los mecanismos que intervienen en la evolución de las galaxias, en particular en lo que respecta a su composición y su dinámica interna después de una colisión importante. Este fenómeno cósmico se suma a muchos otros que dan testimonio de la continua agitación del universo, recordándonos que incluso a distancias inimaginables, los acontecimientos pueden interferir con nuestro propio entorno.
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