Los motores de combustión de hidrógeno (HICE) ofrecen muchas ventajas: convertir una versión diésel a hidrógeno es significativamente menos costoso que sustituir el sistema de propulsión por uno propulsado por una pila de combustible y sus emisiones contaminantes son muy inferiores a las de los motores de combustibles fósiles.
Sin embargo, si bien no emiten carbono, producen óxidos de nitrógeno (Nox) que reaccionan con otros compuestos presentes en la atmósfera para formar ozono y partículas finas nocivas. La función del escape catalítico es limitar estas emisiones.
El equipo del profesor Fudong Liu, de la UCR, acaba de demostrar que la adición de zeolitas Y al platino (ya contenido en filtros catalíticos) mejoró considerablemente la degradación del Nox. Al modificar la reacción entre el hidrógeno y el Nox, las zeolitas los convierten en gas nitrógeno y vapor de agua inofensivos.
Emisiones de óxido de nitrógeno divididas por cinco
El estudio demostró que, en comparación con un escape catalítico convencional, la cantidad de óxidos de nitrógeno convertidos en sustancias inofensivas aumentó de cuatro a cinco veces (a una temperatura del motor de 250 grados Celsius), para un modelo que incorpora zeolitas.
Una gran ventaja es que las zeolitas son materiales económicos con una estructura cristalina bien definida; compuesto principalmente por átomos de silicio, aluminio y oxígeno. Al mezclarlos físicamente con platino, los investigadores crearon un sistema que captura eficazmente el agua generada durante el proceso de combustión del hidrógeno y promueve la reducción de nitrógeno.
El estudio de laboratorio, objeto de una solicitud de patente, podría encontrar rápidamente salidas comerciales. En particular a través de BASF, financiadora del proyecto de investigación.
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