Los satélites detectan un dramático aumento de HFC-125 en la atmósfera

Los satélites detectan un dramático aumento de HFC-125 en la atmósfera
Los satélites detectan un dramático aumento de HFC-125 en la atmósfera
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El HFC-125 es un potente gas de efecto invernadero que contribuye significativamente al calentamiento global. Utilizado principalmente en sistemas de refrigeración y extintores de incendios, su concentración en la atmósfera ha aumentado exponencialmente en las últimas dos décadas. Un estudio canadiense reciente midió sus niveles en la troposfera superior y la estratosfera inferior por primera vez utilizando datos satelitales. Estos resultados revelan la magnitud del problema y subrayan la urgencia de tomar medidas para limitar su impacto.

¿Qué es el HFC-125 y por qué es motivo de preocupación?

El HFC-125 Pertenece a la familia de los hidrofluorocarbonos (HFC), gases sintéticos creados para sustituir a los clorofluorocarbonos (CFC) y los hidroclorofluorocarbonos (HCFC). Alguna vez se usaron en aerosoles y refrigeradores antes de ser eliminados porque agotaban la capa de ozono.

Aunque los HFC, incluido el HFC-125, no tienen ningún efecto sobre el ozono, plantean otro problema importante. Comúnmente utilizados como refrigerante en acondicionadores de aire y refrigeradores, así como en sistemas de extinción de incendios, tienen un potencial de calentamiento global (GWP) de aproximadamente 3.500 veces mayor que el dióxido de carbono (CO₂) durante un período de 100 años. Esto significa que una pequeña cantidad de HFC-125 en la atmósfera tiene un efecto mucho mayor sobre el clima que una cantidad equivalente de CO₂.

Medición de HFC-125 desde el espacio: una primicia mundial

Hasta hace poco, las concentraciones de HFC-125 se medían únicamente al nivel del suelo o en las capas inferiores de la atmósfera. Estos datos, aunque valiosos, no proporcionaron una visión general suficiente para comprender completamente la distribución de este gas en la atmósfera terrestre.

Para superar esta brecha, un equipo de investigadores de la Universidad de Waterloo, bajo contrato con la Agencia Espacial Canadiense, utilizó el satélite ACE-FTS (Experimento de Química Atmosférica – Espectrómetro de Transformada de Fourier). En órbita desde 2004, su misión es recopilar datos sobre la composición de la atmósfera terrestre. Utilizando esta tecnología, los científicos pudieron medir las concentraciones de HFC-125 en el alto troposfera y estratosfera bajaentre 11 y 25 kilómetros sobre el nivel del mar.

Estas mediciones satelitales ofrecen una perspectiva global y una precisión inigualable. Proporcionan una mejor comprensión no sólo de la distribución geográfica del HFC-125, sino también de su evolución a lo largo del tiempo.

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Un aumento alarmante

Los resultados de este estudio son preocupantes. Desde 2004, la concentración de HFC-125 en la atmósfera ha sido multiplicado por diezun crecimiento exponencial que refleja el aumento de su uso en la industria. Este rápido aumento está directamente relacionado con la creciente demanda de sistemas de refrigeración y equipos contra incendios, particularmente en los países emergentes donde estas tecnologías se están desarrollando rápidamente.

Esta tendencia es aún más preocupante desde que se utilizó el HFC-125. permanece en la atmósfera durante mucho tiempoayudando a atrapar el calor y empeorando el calentamiento global. Si no se toman medidas para limitar su uso, sus concentraciones seguirán aumentando, acentuando así los impactos negativos sobre el clima.

El experimento de química atmosférica utiliza datos del satélite SCISAT. Créditos: Agencia Espacial Canadiense

Hacia la regulación internacional

Ante esta situación, la comunidad internacional ya ha comenzado a actuar. Los HFC, incluido el HFC-125, están regulados por la Enmienda de Kigali al Protocolo de Montreal. Este tratado, inicialmente diseñado para proteger la capa de ozono, se ha ampliado para incluir potentes gases de efecto invernadero como los HFC. El objetivo es reducir progresivamente su producción y uso, fomentando al mismo tiempo el desarrollo de alternativas menos dañinas para el medio ambiente.

El estudio realizado por el equipo canadiense refuerza la importancia de estas regulaciones. Los investigadores esperan que, como ocurrió con los CFC y los HCFC, los esfuerzos internacionales pronto permitan reducir las concentraciones de HFC-125 en la atmósfera. Sin embargo, también enfatizan que estas medidas deben aplicarse de manera rápida y efectiva para evitar consecuencias climáticas irreversibles.

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