¿Cómo llegó el agua a la Tierra? Una nueva teoría sugiere que nuestro planeta pudo capturar el preciado elemento en un baño de vapor, poco después de la formación del sistema solar, según un estudio publicado el martes en Astronomía y Astrofísica.
Según la teoría dominante, en los primeros cien millones de años el agua llegó a la Tierra principalmente a través de asteroides y cometas, procedentes de fuera del sistema solar.
Un bombardeo que tiene todo lo de un “juego de billar gravitacional”, describió a la AFP el astrofísico Quentin Kral, primer autor del estudio, quien por su parte propone un proceso “un poco más natural y un poco más sencillo de realizar”.
Menos aleatorio por tanto, y especialmente aplicable a otros planetas rocosos del sistema solar, como Marte o Mercurio, que sabemos que contienen agua, al igual que la Luna.
Todo parte del cinturón de asteroides, un anillo de pequeños cuerpos celestes, situado entre Marte y Júpiter, que era mucho más masivo en el momento de la formación del sistema solar, hace 4.600 millones de años.
“Sabemos que inicialmente los asteroides estaban helados”, explica el investigador del laboratorio LESIA del Observatorio PSL de París-Meudon.
Estos hielos “no los vemos demasiado” hoy, excepto en Ceres, el más masivo de los asteroides. Pero detectamos rastros del mismo en otros con presencia de minerales hidratados. Como los identificados en muestras del asteroide Ryugu, reportados recientemente por una misión japonesa.
La idea del equipo LESIA, con un astrónomo del Instituto de Física Globo de París, es que la Tierra efectivamente ha recuperado agua de los asteroides, pero sin que estos últimos la aporten directamente.
“El vapor de agua vive su vida como agua”
En este escenario, el Sol acaba de formarse y calienta el cinturón de asteroides, alcanzando su punto máximo hace unos 25 millones de años. Este calentamiento “sublima los hielos de agua” y luego forma un “disco de vapor de agua al nivel del cinturón de asteroides”, describe Quentin Kral.
Desde allí, este disco se extiende hacia el sistema solar, hasta llegar a la Tierra, que irá capturando este recurso gradualmente a medida que se enfríe. Una vez acretado (captando materia bajo el efecto de la gravitación) en el planeta, este “vapor de agua vive su vida como agua”, y se encuentra allí en forma líquida.
El modelo desarrollado por Quentin Kral y sus colegas funciona tan bien con un cinturón de asteroides masivo, como suponen que funciona con el cinturón de nuestro sistema, como con un cinturón más delgado, pero durante un período de tiempo más largo.
Esta es la primera vez que se plantea una hipótesis de este tipo. Pero “no surge de la nada”, precisa el astrofísico. Debe mucho a las observaciones del radiotelescopio ALMA, gran especialista en la detección de nubes de gas y polvo en el Universo.
“Desde hace diez años sabemos que en los cinturones planetesimales hay discos de gas de carbono y oxígeno”, es decir, asteroides y miniplanetas, “sistemas extrasolares”.
Antes sólo veíamos polvo, donde ahora vemos la presencia de gas. O hielo de agua en el cinturón de asteroides de HD 69830, un sistema solar con al menos tres planetas.
Entonces, ¿cómo podemos “probar la teoría en profundidad?”, se pregunta Quentin Kral. Buscando sistemas un poco más jóvenes “que todavía conserven su disco de agua y gas”.
El equipo de LESIA obtuvo tiempo de observación con ALMA en sistemas “algo inusuales e interesantes”. Y ahora esperando los resultados.