Mirando hacia el futuro, Aurèle de Merode, representante de la quinta generación de la familia Gillion-Crowet, y el equipo de GCEA pretenden dar un ejemplo de gestión inmobiliaria orientada al futuro que encarne una visión innovadora y responsable del sector inmobiliario para el próximos 100 años.
El nuevo número de LOBBY llegará a la prensa el martes 26/11. Esta semana os lo seguimos presentando en adelanto… ¡con adelanto!
Este número de la revista de los círculos de Influencia, LOBBY, estará dedicado al Patrimonio. O mejor dicho deberíamos escribir: al Patrimonio. Porque estos últimos no pueden ser únicos, por sus características personales. Varios sectores pueden actuar como Patrimonio, encontrando cada uno el almuerzo en su puerta, según su(s) sensibilidad(es).
Una de esas áreas que inmediatamente me viene a la mente es… el sector inmobiliario. Además, ¿no hablamos de “activos inmobiliarios”? Y sabemos la importancia de este sector aquí, en Bélgica. Por eso, para aquellos que tienen la suerte de poseer un inmueble, es importante gestionarlo bien. ¿Y por qué no recurrir a la GCEA?
GCEA, pero ¿quién se esconde detrás de estas 4 letras? Pues bien, detrás de este nombre, desconocido hasta el día de hoy, se esconde una familia muy conocida en el sector de la construcción belga: los Gillion-Crowets. El acrónimo GCEA también significa “Gillion Crowet Estate Alliance”. Esta nueva iniciativa, liderada por Nathalie de Merode, de soltera Gillion-Crowet, y su hijo Aurèle de Merode, ofrece un modelo innovador en el sector del ladrillo. Un modelo que responde a las crecientes expectativas en materia de sostenibilidad, responsabilidad social y rentabilidad de inversores privados y empresas familiares. Con una ambición: convertirnos en “Su socio de confianza para sus activos inmobiliarios”.
Si la empresa familiar Gillion-Crowet ha construido su reputación sobre la base de décadas de servicio de calidad y compromiso con sus clientes y socios, ha tenido que adaptarse como nunca antes en los últimos años. Efectivamente, como sabemos, los efectos del cambio climático y la pandemia, las mayores expectativas de sostenibilidad, el aumento de la presión fiscal y las transformaciones tecnológicas como la inteligencia artificial, han obligado a la empresa a reinventarse y evolucionar hasta que hoy llegamos a la creación de GCEA.
“Nuestra visión de GCEA se basa en la convicción de que los inversores privados deben recuperar su papel de tomadores de decisiones en el sector inmobiliario, con un apoyo personalizado y herramientas adaptadas”, subraya Aurèle de Merode, representante de la quinta generación de la familia. Y continúa: “Es fundamental que cada inversor pueda orientar sus decisiones basándose en una gestión equilibrada de sus activos, que garantice tanto la solidez financiera como la sostenibilidad social”. En definitiva, el sector de la construcción ha entrado en una nueva era y CGEA pretende no perder el tren.
Para saber más sobre GCEA, su visión de la gestión intergeneracional, sus innovaciones de futuro e, incluso, la Academia GCEA (una “escuela” de construcción y bienes raíces), ¡visite LOBBY a partir del martes!
Para concluir, es imposible no volver aquí al nombre de Gillion-Crowet. De hecho, en su época, el constructor Roland Gillion se casó con Anne-Marie Crowet (de ahí el nombre del complejo). Estos son, pues, el padre y la madre de Nathalie, y el abuelo y la abuela de Aurèle, de quienes hablamos aquí arriba. Entonces, para recordarles una y otra vez: el padre de Anne-Marie Crowet era un amigo cercano de Magritte, quien pintó algunas de sus obras con Anne-Marie como inspiración. Y cuando sabemos que el próximo Foro LOBBY tendrá lugar en el Museo Magritte, entendemos que el círculo se cierra así.