‘Pensábamos que era imposible’: descubren escarcha en la cima de los volcanes gigantes de Marte

‘Pensábamos que era imposible’: descubren escarcha en la cima de los volcanes gigantes de Marte
‘Pensábamos que era imposible’: descubren escarcha en la cima de los volcanes gigantes de Marte
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Marte acaba de revelar un nuevo secreto: se han detectado heladas en las cimas de sus gigantescos volcanes, un descubrimiento inesperado que permitirá comprender mejor el ciclo del agua en el planeta rojo, fundamental para futuras exploraciones.

La escena fue captada por casualidad desde la órbita marciana por la sonda Trace Gas Orbiter (TGO) de la Agencia Espacial Europea (ESA), en la cúpula Tharsis cerca del ecuador de Marte, describe un estudio publicado el lunes en Nature Geosciences.

Es una vasta región elevada, de aproximadamente 5.000 km de diámetro, que alberga inmensos volcanes, extintos desde hace millones de años. Entre ellos se encuentra el más grande del sistema solar, el Monte Olympus y sus 22 km de altura, tres veces el Everest.

Nadie esperaba encontrar escarcha allí. “Pensábamos que era imposible alrededor del ecuador de Marte”, resume Adomas Valantinas, el primer autor del estudio detrás del descubrimiento.

Una insolación intensa y una presión atmosférica muy baja “mantienen las temperaturas a un nivel bastante alto en las cumbres y en la superficie”, explica este investigador de la Universidad de Brown (Estados Unidos) en un comunicado de prensa de la ESA.

En la región de Tharsis, las temperaturas pueden descender mucho, hasta -130 grados por la noche, pero no dependen de la altitud, “a diferencia de lo que ocurre en la Tierra, donde esperamos ver cumbres heladas”, analiza.

Además, la atmósfera del ecuador marciano tiene un contenido particularmente bajo de agua, lo que dificulta la condensación. “Otras sondas habían observado heladas, pero en regiones más húmedas, en particular en las llanuras del norte”, explica a la AFP Frédéric Schmidt, profesor de la Universidad Paris-Saclay, uno de los autores del estudio.

Por tanto, el descubrimiento fue fortuito. La sonda TGO, que orbita Marte desde 2018, tiene la ventaja de poder observar su superficie a todas horas del día, señala el planetólogo especializado en el hielo del sistema solar.

Así pudo tomar imágenes cuando llegaron los primeros rayos de sol. “Vimos allí un depósito azul brillante, una textura particular que sólo vemos temprano en la mañana y en las estaciones frías”, dice.

Hay que tener buen ojo, ya que el depósito de hielo es fino (del grosor de un cabello) y el fenómeno es furtivo. Pero la cantidad de escarcha presente en las cumbres de cuatro volcanes (Olympus Mons, Ascraeus Mons, Arsia Mons y Ceraunius Tholus) representa “150.000 toneladas de agua que circulan entre la superficie y la atmósfera cada día, el equivalente a 60 piscinas olímpicas”, comenta la ESA.

¿Cómo explicarlo? Los autores del estudio sugieren la existencia de un microclima en el interior de las calderas de los volcanes, sus vastos cráteres circulares. Los vientos ascenderían por las laderas de las montañas, “acercando el aire relativamente húmedo a la superficie a mayores altitudes, donde se condensa y se deposita en forma de escarcha”, afirma Nicolas Thomas, coautor del estudio.

“Observamos este fenómeno en la Tierra y en otras regiones de Marte”, añade el investigador principal del Sistema de imágenes estereoscópicas y en color de la superficie (CaSSIS) del TGO.

Modelizar el proceso de formación de las heladas debería permitir comprender mejor el ciclo del agua -su dinámica de movimiento entre la superficie, la atmósfera, el ecuador y los polos-, “uno de los secretos mejor guardados” del planeta rojo, según la ESA. .

Un paso importante para futuras exploraciones humanas y robóticas. “Podríamos recuperar agua de las heladas para el consumo humano y lanzar cohetes desde Marte separando las moléculas de oxígeno e hidrógeno”, anticipa el profesor Schmidt.

Poder cartografiar el agua en la superficie marciana, que actualmente sólo existe en forma de vapor o hielo, también es esencial para la búsqueda de rastros de vida, cuya aparición habría sido posible gracias a la presencia de agua líquida. Hace entre 3 y 3.500 millones de años.

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